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El PP sospecha que los socialistas ya han negociado la Diputación de Álava con el PNV

Javier Casqueiro

Al PP le ha durado una semana su afán autocrítico. El Comité de Dirección de los populares, reunido ayer, sólo extrajo conclusiones optimistas de las pasadas elecciones. Consideran su resultado uno de los más históricos de la democracia española. Los responsables del PP sólo ven motivos para la preocupación en el PSOE. Tachan su comportamiento poselectoral de "mercadeo político" y sospechan que los socialistas ya han pactado con el PNV quedarse con la Diputación Foral de Álava pese a que en esta institución la lista más votada fue del PP. Ayer advirtieron que no aceptarán ese cambio de cromos, aunque Javier Arenas sigue esperando la respuesta de Joaquín Almunia a su oferta global de pactos.

El secretario general del PSOE, no ha respondido aún a la carta con la que su homólogo en el PP, Javier Arenas, le invitaba la semana pasada a una "reflexión conjunta" sobre lo sucedido en las urnas del País Vasco el 13-J. Pero en el PP sí han tomado nota de lo que la cúpula socialista ha dicho al respecto en los medios de comunicación, con un talante siempre bastante reacio a la oferta de un pacto global en Euskadi. Aún así, los populares se agarran a que no existe una "constancia oficial" de la réplica a la misiva de Arenas para reiterar ayer el mismo ofrecimiento. El PP pretende acordar con el PSOE que ambas formaciones respalden en el País Vasco a la lista más votada allí donde cualquiera de estos dos grupos tenga posibilidad real de gobernar. La primera meta de ese consenso se cifra en una quincena de municipios. Pero para los populares el fondo de esa estrategia se concentra en una institución: la Diputación Foral de Álava, donde han ganado pero precisan apoyos para gobernar.

Cambio de posición

En el PP constatan que el PSOE ha variado su posición con relación a los pactos políticos en Euskadi en apenas 24 horas, porque habían creído entender durante la precampaña y la campaña oficial que los socialistas no entablarían negociaciones con el PNV porque esa formación sigue integrada en el pacto de Estella y porque el PSOE presume de su concepción integradora de España. El portavoz oficial del PP, Rafael Hernando, recalcó ayer esos aspectos para insistir en la supuesta "incoherencia" de los socialistas por promover ahora cualquier tipo de acuerdo "antiPP". En el PP ha llamado mucho la atención la oferta del PNV al PSOE para que se integre en el pacto de Estella y participe con ellos en el gobierno de varias instituciones vascas. Hernando concluye que el PSOE algo ha debido pagar a cambio de esa oferta. Sospecha incluso que la Diputación de Álava -que quedaría en manos de los socialistas- ya está negociada, y admitió que ese intercambio les deja "perplejos".

Al PP no le sorprende en este caso la actitud del PNV, incluso aunque hoy en el debate sobre el estado de la nación muestre públicamente su desmarque de las tesis del Gobierno. Dicen ahora los populares que el partido que lidera Xabier Arzalluz rompió "hace tiempo de forma unilateral" sus acuerdos parlamentarios y que ahora vota lo que quiere. Sin ataduras. También han notado en el PP que el PNV ha pasado de la "depresión" de los datos electorales a "hinchar el pecho" tras su conversaciones con el PSOE, partido al que Hernando tildó ayer de "muletilla".

El PP, por otra parte, se ha olvidado de la autocrítica de la semana pasada. Vista la euforia y la "cara de alegría" de los máximos dirigentes del PSOE, el PP ha decidido retornar al triunfalismo. Ayer, Hernando situó la triple victoria de su partido el 13-J en el segundo lugar de la historia de la democracia (después de las elecciones de 1982 en las que barrió el PSOE) y por encima de cualquier triunfo de UCD.

Tras premiarse con estas alabanzas volvió a atacar al PSOE por su "obsesión por derrotar" a los populares con pactos poselectorales "irresponsables" que "subvierten" el escrutinio de las urnas. Ésta es la explicación del PP a lo ocurrido en Galicia, donde PSOE y el BNG podrían determinar un vuelco hacia gobiernos progresistas en 30 municipios hasta ahora controlados por los populares. Los analistas del PP hacen hincapié en la época en la que el BNG cuestionaba radicalmente el modelo constitucional y territorial de España. Y subrayan que algún dirigente socialista, especialmente el alcalde de A Coruña, Francisco Vázquez, ex secretario general del PSdeG, también los critica.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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