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Compay Segundo, a los 91

En pocos casos como en el de la música cubana es tan indiscutible aquello de que la edad es un grado. Sólo así se explica que La Vieja Trova Santiaguera y Rubén González acaparen el interés del público de los cinco continentes con edades que superan los tres cuartos de siglo. Compay Segundo fue el pionero en mostrar esa característica cuando, en 1995, salió de su letargo e irrumpió con fuerza en las listas de éxitos arrastrando una experiencia de casi 80 años. Compay Segundo -su nombre verdadero es Francisco Repilado- nació en Siboney, en 1907, y desafiando toda lógica, esta noche (22 horas) llenará el Palau de la Música de Barcelona con una brisa de aire tan fresca como juvenil. ¿El secreto? Compay Segundo lo centra en no haber dejado de fumar puros, desayunar con ron y estar perennemente enamorado. Sea o no cierto, Compay se mueve sobre el escenario como si los años no existieran. Canciones que no indagan en las raíces de la música cubana porque son las raíces de la música cubana. Ya de niño, formó parte del Sexteto de los Seis Ases; a los 18, entró como clarinetista en la Banda Municipal de Santiago mientras cantaba con diversas formaciones de la zona. A partir de 1934, colaboró con nombres como Ñico Saquito, Miguel Matamoros y Beny Moré antes de formar, en 1942, el grupo Los Compadres con Lorenzo Hierrezuelo. Ahí tomó su nombre de Compay, ya que era la segunda voz del grupo. En 1956, formó el suyo propio, con el que aún no ha dejado de actuar.-

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