La experiencia americana

Es el único experimento universitario de Estados Unidos en el que los adictos a la heroína reciben la droga que necesitan y cobran por inyectársela. Los científicos de la Universidad de Columbia desarrollan un estudio que sólo tiene un precedente similar en los laboratorios de Harvard, aunque la prestigiosa Johns Hopkins también planea usar heroína como forma de combatirse a sí misma. En realidad, los investigadores no están estudiando nuevas formas de combatir la adicción a la heroína sino que tratan de actualizar las fórmulas clásicas. Hasta ahora, determinadas dosis de metadona neutralizaban la adicción a la heroína, pero la creciente pureza de la droga que ahora circula por la calle anula el poder curativo de ese antídoto. El estudio trata de asegurar que no existen riesgos en un incremento de las dosis de metadona y de otras sustancias suplementarias.

Uno de los responsables de esta investigación, el doctor Herbert Cléber, explicó en el diario The New York Times la razón del estudio: "Una dosis de metadona que probablemente era efectiva hace 15 años puede no ser suficiente para la heroína de hoy en día".

La universidad recluta adictos a la heroína a través de anuncios en periódicos y exige ciertas condiciones a los aspirantes: tener entre 21 y 45 años, no estar enganchados a otras drogas, no haber sido condenado por un delito violento, no estar en libertad condicional y no tener problemas médicos o psicológicos. Según el rotativo, el estudio se financia con 700.000 dólares (112 millones de pesetas) de fondos públicos y recibe también un certificado de confidencialidad que protege a los heroinómanos que se someten a la investigación. A lo largo de 6 semanas, los adictos reciben 25 dólares al día (4.000 pesetas) que se doblan si resisten hasta el final.

Las estadísticas oficiales aseguran que en EE UU hay 810.000 personas enganchadas a la heroína, un número pequeño si se compara a los 3,6 millones de consumidores habituales de cocaína.