Rusia consigue ser tratada como una de las "ocho democracias más importantes" del mundo
ENVIADOS ESPECIALESLas relaciones entre Rusia, por una parte, y Estados Unidos y sus aliados occidentales, por otra, han salido fortalecidas -por lo menos de momento- de la guerra de Yugoslavia y el conflicto por las competencias entre las tropas pacificadoras en Kosovo, según indican los resultados de la cumbre anual del G-8, que concluyó ayer en Colonia. Rusia fue tratada ayer como una de las "ocho democracias más importantes" del mundo en el comunicado final de la cumbre y tiene buenas perspectivas de lograr el perdón de las deudas que heredó de la URSS.
Las buenas persepectivas rusas se producen después de que el presidente ruso, Borís Yeltsin, se relacionara socialmente ayer con sus colegas de Alemania, Francia, Reino Unido, Japón, Canadá, Italia y EEUU, y mantuviera entrevistas aparte con el presidente norteamericano, Bill Clinton, el canciller alemán, Gerhard Schröder, y, brevemente, con el jefe del Gobierno japonés, Keizo Obuchi. "Después de la pelea, tenemos que reconciliarnos", fue el mensaje político con el que Borís Yeltsin se abalanzó sobre los periodistas al aterrizar ayer de madrugada en el aeropuerto de Colonia. Antes de partir de Moscú, en el aeropuerto de Vnúkovo, el primer ministro Serguéi Stepashin le había rendido cuentas de su gestión previa. Stepashin logró los dos objetivos por los que había estado trabajando en Colonia, a saber: conseguir que Rusia fuera tratada formalmente de igual a igual en el comunicado final, lo que equivalía a hacer desaparecer una resolución específica dedicada a sus problemas, y obtener la promesa de que el Club de París -el foro de acreedores de deuda estatal- perdonará o reestructurará las deudas soviéticas del pasado.
Entrada de tropas rusas
"No hay mal que por bien no venga", dijo un alto funcionario ruso que acompañaba a Borís Yeltsin, refiriéndose a la guerra de Yugoslavia y a la situación surgida tras la entrada unilateral de las tropas rusas en Kosovo. El alto funcionario, que hablaba ante un número muy reducido de personas, opinó que en Occidente reina el "alivio" porque las relaciones no se han "estropeado definitivamente" tras la "inquietud" que reinó aquí cuando se estuvo "casi al borde de un conflicto armado" en Kosovo. Clinton y Yeltsin se reunieron conjuntamente con sus ministros de Exteriores, Madaleine Albright e Ígor Ivanov. La cita duró apróximadamente una hora y fue en el hotel que sirvió de residencia a Yeltsin.
De las 17 cumbres bilaterales que ambos políticos han sostenido, la de ayer fue "una de las mejores", según manifestó el asesor de política de Seguridad de Clinton, Sandy Berger. "Creo que los dos países vuelven a tener una relación de trabajo", dijo Berger. Yeltsin invitó al presidente a visitar Moscú y le entregó como regalo los documentos del KGB -los servicios de seguridad soviéticos que vigilaron a Lee Harry Oswald durante su estancia en la URSS- sobre el asesinato del presidente John F. Kennedy.
Clinton y Yeltsin decidieron reanudar las actividades de la comisión dirigida por los número dos de la política estadounidense y rusa. Stepashin viajará en agosto a Washington para entrevistarse con el vicepresidente norteamericano, Al Gore. Sus temas: pasar revista a las relaciones y elaborar un plan para resolver problemas concretos.
También en el campo del desarme hay movimiento. Ambos países reiteraron ayer su disposición para negociar de nuevo sobre la reducción de armas nucleares y otras medidas de control de armamento, en un comunicado conjunto publicado después de la entrevista entre Clinton y Yeltsin en el que se constata el deseo de obtener resultados lo más pronto posible.
A fines de verano, los dos gobiernos mantendrán conversaciones sobre el Tratado Antibalístico (ABM), que data de 1972, y el tratado de reducción nuclear Start III, según manifestó Ígor Ivanov. Los ministerios de Exteriores de Rusia y Estados Unidos han recibido orden de activar de nuevo sus consultas sobre desarme. Yeltsin llevó consigo a Colonia una propuesta para crear un sistema de control global sobre los misiles balísticos que estaría bajo la égida de la ONU.
"Dura prueba"
"Hemos pasado una dura prueba relacionada con los acontecimientos en los Balcanes", dijo Ivanov. "Rusia ha hecho mucho para superar esta difícil etapa de las relaciones internacionales. Hoy es necesario colaborar estrechamente para regular el problema de Kosovo y para desarrollar el potencial de las relaciones bilaterales", sentenció el ministro. Según Ivanov, Clinton está a favor de que "se perdone parte de la deuda soviética" y se mantengan conversaciones a este efecto en el Club de París. El comunicado final de la cumbre anual del G-8 acoge positivamente los acuerdos logrados por Rusia con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) y espera que estos se pongan en práctica como "paso importante" en su programa de reformas.
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