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Portugal, un obstáculo en la fuerte presencia internacional del BSCH

Miguel Ángel Noceda

LA EXPANSIÓN DE LA BANCA ESPAÑOLA

Si algo ha quedado demostrado en sus cinco meses de existencia del Banco Santander Central Hispano (BSCH) es la ambición sin límites con que ha arrancado para lograr sus objetivos de expansión y de convertirse en una de las principales entidades. Desde el principio, tras la vertiginosa negociación para crear el nuevo banco, fijó como objetivos Europa y Latinoamérica (al margen de su consolidación como primer banco español). Intensificó entonces las relaciones con los que ya eran sus socios, venidos del antiguo Santander o del antiguo Central Hispano: Royal Bank of Scotland, Commerzbank, San Paolo di Torino, Société Générale, Comercial Portugués... Sobre el papel no aparecían graves problemas, sin embargo han surgido, en la mayor parte de los casos, bañados de nacionalismo, como se ha demostrado en el reciente episodio de Portugal. Precisamente, el presidente del Comercial Portugués (BCP), Jorge Jardim, salió escaldado de su relación con el BSCH. Fue un socio fiel mientras estuvo en el antiguo BCH porque podía hacer y deshacer en Portugal y aparecía en España como un ejemplo de banquero moderno. Pero cuando se produjo la fusión del BSCH todo cambió. El primer banco español quiso mandar en Portugal y Jardim no quiso que le pisaran su césped. Llegó a un acuerdo amistoso y se fue del banco del que era consejero. Justo en el mismo momento, el BSCH se peleaba en Chile con otro antiguo socio del BCH, Andrónico Luksic, por el control del Banco de Santiago. Aquella batalla terminó con ofensas cruzadas y la intervención del Banco Central de Chile. Al final, el banco español controla el de Santiago y aparentemente todo se ha calmado.

En Portugal la pelea parece más enconada. El BSCH, tras la marcha de Jardim, se quedó fuera de juego y por eso apostó por el Grupo Champalimaud. Una apuesta que no ha gustado nada al Gobierno de Guterres; pero tampoco a Jorge Jardim, que ha reaparecido como gran defensor de los intereses nacionales. Entre Chile y Portugal valen los paralelismos, pero en el caso del país vecino se trata de la Unión Europea y de un mercado libre. Como también lo es en Francia, donde a alguno de sus dirigentes no le ha gustado demasiado que el BSCH aumentara su participación en Société Générale y se le considerara como un aliado frente a la oferta de compra de la BNP, que se encuentra en proceso. No han sido ni serán las aventuras del BSCH precisamente un camino de rosas.

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Sobre la firma

Miguel Ángel Noceda
Corresponsal económico de EL PAÍS, en el que cumple ya 32 años y fue redactor-jefe de Economía durante 13. Es autor de los libros Radiografía del Empresariado Español y La Economía de la Democracia, este junto a los exministros Solchaga, Solbes y De Guindos. Recibió el premio de Periodismo Económico de la Asociación de Periodistas Europeos.

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