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300 manifestantes convierten Callao en una verbena contra el capitalismo

La plaza del Callao (Centro) se convirtió ayer tarde en una verbena. Unos 300 manifestantes, los mismos que desde el domingo desarrollan una semana de lucha contra la exclusión social con acciones como la okupación de la Bolsa, tomaron este céntrico enclave para reivindicar, de forma festiva, una ciudad "menos mercantil y que no se base en el consumo". La protesta formaba parte de la jornada celebrada ayer en todo el mundo por ecologistas, okupas y alternativos en contra del capitalismo.

Los manifestantes, entre los que había okupas, insumisos, parados, ecologistas y miembros de grupos de apoyo a marginados como la Coordinadora de Barrios o las Madres contra la Droga, iniciaron su marcha en Lavapiés a las cuatro de la tarde. Montaron todos sin pagar en el metro y se bajaron en Sol. De allí accedieron a Callao por la calle del Carmen. Los viandantes miraban asombrados la peculiar comitiva, que avanzaba al ritmo de bongos y tambores e iba precedida por un dragón multicolor. Al llegar a Callao, a las seis, varias furgonetas de policías antidisturbios esperaban a los integrantes de la marcha. Les habían seguido desde Sol. Los agentes y los manifestantes llegaron a un pacto: podían organizar la fiesta a condición de que sólo cortasen al tráfico la plaza y la calle de Preciados, entre Callao y Santo Domingo, pero en ningún caso la Gran Vía. Así fue, y durante horas se combinaron las consignas contra el neoliberalismo, los bailes, los manguerazos y los juegos.

"Queremos reclamar las plazas como asambleas populares donde la gente pueda expresar sus ideas, como sucedía en la antigua Grecia, y convertir las calles en un espacio de juego, rebeldía y encuentro", explicó una de las participantes.

Magia y teatro

Los manifestantes, vigilados por un fuerte despliegue policial, consiguieron durante su protesta cambiar la apariencia de la plaza de Callao, donde colocaron pancartas contra el consumo y desarrollaron diversas actividades lúdicas como juegos de magia, teatro e incluso saltaron a la comba en medio de la calzada. Al grito de "rompiendo el silencio, robando la calle", los manifestantes colgaron varias prendas de ropa por la plaza para protestar contra de la normativa municipal que prohíbe tender la ropa de cara a la vía pública.

Este acto se une a una jornada de protesta festiva internacional (que coincide con la reunión de las grandes potencias mundiales en la ciudad alemana de Colonia) con la que se pretende "denunciar, por medio de una protesta transnacional, el sistema neoliberal y el capitalismo especulativo, que es la raíz de nuestros problemas sociales y ecológicos", señaló a Efe uno de los organizadores de la concentración.

La Coordinadora por la Lucha Social, integrada por diversos colectivos, como el movimiento okupa, ecologistas, objetores de conciencia, presos, insumisos y Madres contra la Droga, entre otros, concluirán mañana los Siete días de Lucha Social.

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