El PP reitera su propósito de desalojar al nacionalismo de la Diputación de Álava y el Ayuntamiento de Vitoria
VIENE DE LA PÁGINA 1 La gobernabilidad vasca, que se fundamente en gran medida en el entendimiento entre las Diputaciones y el Gobierno, se encamina a la experiencia inédita de tener al frente de ellas responsables de signo político no ya distintos, como ocurrió cuando EA presidió la Diputación guipuzcoana y el PSE la alavesa, sino antagónicos. Si el PP, apoyado por el PSE y eventualmente Unidad Alavesa, deciden hacer de la Diputación de Álava y del Ayuntamiento de Vitoria el torreón de su defensa frente al nacionalismo gobernante en Ajuria Enea y en las otras dos diputaciones y la catapulta de su contraataque a la estrategia de Lizarra, el funcionamiento institucional de la comunidad puede verse en serios aprietos. Los procesos de toma de decisión de órganos donde las instituciones forales y comunes deben consensuar materias tan sensibles como las aportaciones financieras de cada territorio al Gobierno y el reparto de recursos pueden verse seriamente complicadas y hasta bloqueadas. Los ganadores en Álava mencionan ya instituciones como las cajas de ahorro o el Consejo Vasco de Finanzas, donde las discrepancias entre instituciones han tenido hasta ahora el amortiguador de la ejecutiva del partido común: el PNV. El PP se adelantó ayer a las valoraciones postelectorales y no se desdijo de sus afirmaciones de campaña: quiere desalojar al nacionalismo de la Diputación de Álava y el Ayuntamiento de la capital de la comunidad. Lo considera "saludable" tras veinte años. Iturgaiz estuvo prudente en su referencia a las posibles alianzas. Reconoció haber hablado ya con Nicolás Redondo y anunció nuevos contactos. "Sustituir al nacionalismo" El candidato a diputado general, Ramón Rabanera, fue mucho más explícito: "El PP está preparado para sustituir al nacionalismo", dijo. Y avisó de su intención de liderar tanto la Diputación como el Ayuntamiento de Vitoria, en su condición de primera fuerza en ambas, cerrando las puertas a ceder la presidencia de alguna de ellas a sus hipotéticos socios del PSE. También el secretario general de éstos en Álava, Fernando Buesa, se niega a posibles acuerdos con los nacionalistas, con lo cual deja vía libre al entendimiento con el PP. Aunque con matices. "Yo separaría: una cosa es garantizar la estabilidad y otra formar parte de un gobierno". En el caso de Álava, los socialistas saben que la gobernabilidad pasa por ellos, merced a su tercer puesto. En sus preferencias, sostiene el secretario general, se antepone "el respeto al marco político constitucional", aunque admite que el PSE tendría "más dificultades" para consensuar una política "de corte progresista" con los populares. Unidad Alavesa, pese a su severo revés electoral, también se ha ofrecido para adherirse a un gobierno no nacionalista. Los socialistas, en cambio, son reticentes a que los foralistas se unan a un posible acuerdo PP-PSE. Socialistas y populares suman 25 procuradores sobre el total de 51 de las Juntas Generales, y serían los 2 de UA los que proporcionarían la mayoría absoluta. Buesa se muestra también reacio a pactos globales rígidos. Prefiere "fórmulas que no tengan por qué implicar formar parte de gobiernos de coalición". "Los acuerdos globales siempre han sido pactos de no agresión, de respeto al partido más votado, de no desestabilización. Y luego, en cada lugar, los partidos se entienden o no", argumenta. Por su parte, Euskal Herritarrok, ya ha anunciado que sólo entrará en pactos que afecten a los cuatro territorios (los tres del País Vasco y Navarra) y que se muevan dentro de la aceptación de la "territorialidad" y la "democracia vasca". El caso de Bilbao En Bilbao, a Iñaki Azkuna la fórmula con la que ha gobernado el PNV hasta ahora le sirve numéricamente; y le gusta, según ha dicho en campaña. La coalición PNV-PSE-IU, que ha funcionado en la capital vizcaína el último año y medio, desde la salida del PP del equipo de gobierno, sigue siendo válida. Otra tanto ocurre en las Juntas Generales, donde nacionalistas y socialistas suman la mayoría suficiente. Pero también la alcanzan PNV-EA y EH. Josu Bergara no se ha pronunciado sobre sus preferencias durante la campaña. La decisión queda en manos de la dirección peneuvista.
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