El PNV asume el fracaso de la política de bloques y se abre a otros pactos
Dos palabras presidieron ayer las reuniones de todas las ejecutivas de los partidos vascos: prudencia y complejidad. El fragmentado mapa resultante tras los comicios municipales y forales obligará a PNV-EA, ganadores en las diputaciones vizcaína y guipuzcoana y derrotados por el PP en Vitoria, a contar con los socialistas para conformar mayorías en la Diputación de Vizcaya y en Bilbao. El PP quiere apoyarse en los no nacionalistas para gobernar Vitoria y Álava.
La Ejecutiva del PNV, presidida por Xabier Arzalluz, realizó ayer una primera valoración de los resultados conseguidos en coalición con EA en las pasadas elecciones municipales y forales. La reunión no se cerró y fuentes de esa formación indicaron que continuará hoy, con lo que previsiblemente la comparecencia ante los medios será mañana. En una primera aproximación, los dirigentes peneuvistas constataron dos cosas: que la coalición PNV-EA "no ha dado los resultados esperados", tal y como reconocieron en la madrugada electoral Arzalluz y el presidente de Eusko Alkartasuna, Carlos Garaikoetxea. La segunda constatación fue que los resultados y la fragmentación del mapa resultante en las tres provincias va a obligar a los nacionalistas moderados a mantener una "posición abierta, no sólo a una combinación" y a huir de la "política de bloques" instaurada en Euskadi desde la Declaración de Lizarra. El País Vasco plural se retrató de nuevo en las urnas el domingo.
El PNV dice estar orgulloso de haber sacrificado votos en favor de su "arriesgada" apuesta por la paz. Lo dijo Arzalluz ayer y lo repitió el portavoz en el Congreso, Iñaki Anasgasti. El PNV afirma no estar preocupado. "No nos importaba perder votos con tal de lograr un proceso de paz, y nosotros sabíamos que estábamos preparando nuestra propia oposición en casa", dijo Anasagasti.
En Vizcaya y en su capital, Bilbao, la coalición nacionalista, previsiblemente, orientará la negociación hacia el PSE. El candidato nacionalista a la alcaldía bilbaína, Iñaki Azkuna, puede reeditar el pacto con socialistas y con Izquierda Unida (IU) que sustentó al ya eurodiputado Josu Ortuondo en la parte final de la anterior legislatura. Azkuna lograría así los 15 ediles que conceden la mayoría absoluta. En la Diputación de Vizcaya, el candidato ganador, Josu Bergara (PNV-EA), obtendría también con el PSE la ansiada mayoría absoluta: 31 representantes.
La situación varía completamente en Vitoria y en Álava, donde los populares han vuelto por los fueros logrados por la extinta UCD en plena transición democrática. El PP comandado por su presidente, Carlos Iturgaiz; y por el candidato de Álava, Ramón Rabanera, y el joven abogado de 32 años Alfonso Basagoiti, ganador con holgura en Vitoria, puede arrebatar al PNV, por vez primera, ambas instituciones, si logra el apoyo de los partidos no nacionalistas. Como ha repetido recurrentemente Iturgaiz, "Estella se estrella" y, en esta ocasión, el dirigente popular se puede apoyar en los datos alaveses: En Vitotia, todos los nacionalistas suman 10 ediles, frente a los 16 concejales de las tres formaciones constitucionalistas. En la Diputación alavesa, aunque PNV y PP suman los mismos representantes (16), los nacionalistas tendrían que pactar con el PSE y con IU para controlar la institución. Este pacto in extremis se sostiene mucho menos que el que pueden cerrar PP, PSE-EE y UA para hacer morder el polvo al PNV, por primera vez en su historia en esta provincia. Rabanera ya ha anunciado que el PP quiere "gobiernos no nacionalistas en Vitoria y en la Diputación foral" porque apuesta "por las fuerzas que creen en la Constitución, en el Estatuto y las instituciones".
En Guipúzcoa, donde el incremento de Euskal Herritarrok (la marca electoral de HB) ha sido fortísimo, será el socialista Odón Elorza, ganador de calle en San Sebastián, el que lidere la formación de gobierno, presumiblemente repitiendo con PNV y EA. Elorza ya indicó en campaña que no tenía previsto realizar "pactos extraños" si resultaba ganador, en alusión al PP. Desaparecida IU, tanto en San Sebastián como en las Juntas Generales (parlamento provincial en Guipúzcoa), la coalición nacionalista (19 junteros) logrará la mayoría absoluta con los 10 representantes del partido socialista, ya que un acuerdo con los 14 representantes de EH no parece, en principio, que sea la apuesta de la coalición PNV-EA.
Las elecciones municipales han arrojado un muy buen resultado para EH, y su portavoz, Arnaldo Otegi, condicionaba ayer los posibles acuerdos poselectorales a la aceptación de la "democracia vasca" y la "territorialidad". Para el PP la subida no era tan abultada como algunos dirigentes esperaban, y se registraba un estancamiento del proyecto nacionalista que impulsan PNV-EA.
Los socialistas mantienen sus feudos (margen izquierda de Bilbao y municipios importantes de Guipúzcoa), pero la fuerza más beneficiada en el cómputo global de municipios vascos es EH, que pasa de tener 495 ediles a 678.
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