El PSOE y el BNG se apoyarán en 17 municipios para cerrar el paso al PP
No habrá un pacto formal entre las cúpulas de ambos partidos, pero el PSOE y el Bloque Nacionalista Galego (BNG) se apoyarán mutuamente para cerrar el paso al PP en 17 municipios. El líder nacionalista, Xosé Manuel Beiras, ya proclamó su disposición en la misma noche electoral, y el PSOE, aunque mantiene una postura más cautelosa, también quiere seguir el criterio general de respaldar en cada ayuntamiento a la lista de izquierda más votada, según apuntaron ayer fuentes de la dirección. Los socialistas rechazan enérgicamente la oferta de pactos que les formuló el PP durante la campaña y que volvió a repetir en las últimas horas en un infructuoso intento de paliar el grave revés sufrido por los populares en las ciudades gallegas. La dirección del PSdeG-PSOE respiró aliviada la noche del domingo. Las encuestas predecían que los socialistas podían quedar por detrás del BNG en casi todas las principales ciudades, lo que les situaría ante un dilema de pesadilla: entregar sus votos a los nacionalistas sin apenas nada a cambio o permitir que gobernase el PP. En esas circunstancias podría agravarse, además, el enfrentamiento entre la actual dirección, que encabeza Emilio Pérez Touriño, y el cargo público socialista más relevante de Galicia, el alcalde de A Coruña, Francisco Vázquez, opuesto a cualquier acercamiento al BNG. Pero el PSOE evitó que la formación de Beiras le sobrepasase de nuevo, como en las autonómicas de 1997, y además de la mayoría absoluta lograda por Vázquez, fue la lista de izquierda más votada en Santiago, la capital de la comunidad, y Lugo, hasta ahora un fortín inexpugnable del PP, que, para sorpresa general, perdió el domingo la mayoría absoluta.
De ahí que el BNG se haya visto paradójicamente favorecido por el hecho de que su éxito, aun siendo muy importante, no alcance la magnitud que auguraban algunos sondeos. En la situación surgida del 13-J, reconocen dirigentes de ambos partidos, las condiciones para el acuerdo son mucho más favorables. Los nacionalistas sacarán una tajada considerable: seis alcaldías de municipios donde el PP fue la lista más votada, entre ellas las de Vigo, la primera ciudad de Galicia, Pontevedra y Ferrol. Pero el PSdeG tampoco se quedaría con un bocado menor, ya que obtendría el mando de once corporaciones locales, incluidas las de Santiago y Lugo.
Sólo hubo ayer contactos informales entre algunos dirigentes de ambas formaciones, pero todos daban a entender que el camino para los acuerdos está despejado. La principal discrepancia es el carácter del pacto. Beiras desearía un acuerdo formal rubricado por las dos direcciones, una posibilidad que rechaza el PSOE. Fuentes socialistas indicaron que lo previsible es que la ejecutiva del PSdeG se limite a dar una "orientación general" para que se apoye siempre a la lista de izquierda más votada, y deje libertad a los representantes de cada municipio a fin de que ellos mismos negocien la modalidad del acuerdo con el BNG. Mientras Beiras le pedía que "no tenga miedo" a los pactos, Pérez Touriño declaraba: "Queremos dar estabilidad a las corporaciones y respetar la voluntad de los votantes". El líder socialista puso gran énfasis en negar cualquier posibilidad de acuerdos con el PP, una tesis que desde hace días defiende afanosamente el secretario regional de los populares, Xosé Cuiña. "Estamos en las antípodas del PP y de su modo clientelar de ejercer el poder. Queremos ser una alternativa, no un apoyo para Fraga", declaró Pérez Touriño.
En el PP parecen avecinarse tiempos borrascosos, porque sus derrotas más significativas están ligadas a anteriores conflictos internos. Donde la ejecutiva regional impuso un candidato contra la opinión de los dirigentes locales -A Coruña, Vigo, Lugo y Santiago- los resultados han sido desastrosos. De ahí que el coro de agraviados ya empezara a escucharse durante la misma noche electoral. El hasta ahora alcalde de Vigo, Manuel Pérez, a quien Cuiña impidió presentarse a la reelección, se apresuró a reclamar que "alguien dé explicaciones por estos resultados". "Ha sido un serio aviso", declaró ayer a la cadena SER el diputado autonómico Gerardo Conde Roa, un dirigente muy próximo al ministro de Sanidad, José Manuel Romay, rival interno de Cuiña. "Ahora tenemos dos actitudes: cerrar los ojos o tomar las medidas necesarias. Veremos qué hace la dirección".
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