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ELECCIONES 13-J

El PSOE, dispuesto a pactar con cualquier fuerza para conseguir "mayorías estables"

Anabel Díez

Tras las elecciones del 13-J, la oposición al PP tiene en sus manos evitar que la formación de José María Aznar pueda gobernar en cuatro comunidades en las que los populares no han logrado mayoría absoluta, y en numerosos ayuntamientos de toda España. A excepción de con quienes no condenan la violencia y con aquellos que tienen prácticas "mafiosas", el PSOE está dispuesto a pactar con todas las fuerzas. Ésta es la principal decisión que ayer tomó la dirección de los socialistas a la vista de los resultados de las elecciones del domingo. De esta manera se hace abstracción de afinidades ideológicas y se opta por la "gobernabilidad". Las distintas federaciones del PSOE tienen manos libres para pactar en sus respectivos ámbitos con quienes quieran. Los socialistas entablarán conversaciones de inmediato con fuerzas regionalistas en Cantabria, Aragón, Canarias y Baleares. En Extremadura, Castilla-la Mancha y Asturias gobernarán sin necesidad de pactos. Y en Andalucía ya lo hacen.

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La triple convocatoria electoral del domingo ha dejado al PP con sabor agridulce. Los populares han ganado, pero la política de pactos puede recortales un buen trozo de la tarta del poder municipal e incluso autonómico. El Partido Andalucista, en Sevilla; Izquierda Unida, en Córdoba y Almería; el BNG, en 17 localidades gallegas (entre ellas, Pontevedra, Lugo, Vigo, Ferrol y Santiago); los regionalistas de Cantabria; el Par, en Argón; Unión Mallorquina, en Baleares. Todos son candidatos a pactos de gobierno con el PSOE. Pero también el propio PP, en el País Vasco y Navarra, está en la lista de los posibles pactos diseñada por el primer partido de la oposición. El trabajo tiene que estar hecho para el día 27, cuando un comité federal ratifique o desapruebe las propuestas de los barones regionales y provinciales. En ese comité se decidirá además el procedimiento de elección del candidato a la Presidencia del Gobierno, si bien su designación se pospone sin fecha.

No habrá un pacto global para formar gobiernos autonómicos y municipales impulsado desde la Comisión Ejecutiva Federal, sino que cada federación optará por lo que considere más conveniente. Eso sí, sus conversaciones serán supervisadas por cuatro miembros de la Comisión Ejecutiva Federal que velen porque los pactos no incurran en incoherencias flagrantes. El secretario general, Joaquín Almunia; el secretario de organización, Ciprià Ciscar, y los responsables autonómico y municipal de la ejecutiva, Ramón Jáuregui y Alfonso Perales, respectivamente, son los elegidos para seguir de cerca los trabajos de sus compañeros.

El primer aspecto que va a presidir la formación de acuerdos es el de conseguir "estabilidad y mayorías estables", con el afán de que los ciudadanos sepan que están gobernados por equipos sólidos. Es decir, el PSOE buscará tanto recibir apoyos para gobernar como darlos para impedir que pueda gobernar la derecha o, como en el País Vasco y Navarra, el Pacto de Lizarra. En esta estrategia figura asimismo impedir que el GIL gobierne en Ceuta y Melilla. En todo caso, los socialistas tratarán de que con los compañeros de viaje que elijan puedan formar "mayorías de progreso". Pero a esta condición ideológica también se le rebaja su importancia cuando "determinadas circunstancias y situaciones fuercen a que lo fundamental sea la defensa de los valores constitucionales". Éstas son las condiciones que plasmó ayer Joaquín Almunia y que serán trasladadas hoy mismo a todas las federaciones.

En el mapa que estudió la dirección socialista se vio con claridad que este partido tiene posibilidades de alzarse o de participar en los gobiernos de Baleares, Cantabria, Aragón y Canarias. Esto llevaría consigo, por tanto, acuerdos con las fuerzas regionalistas. Ahora bien, en Canarias buena parte de la dirección socialista pone serias objeciones a entrar en gobiernos con Coalición Canaria, con cuya trayectoria política no están muy de acuerdo los dirigentes del PSOE. En Sevilla se hablará con el Partido Andalucista, en tanto que para Almería y Córdoba los contactos serán con Izquierda Unida.

A pesar de que el alcalde de A Coruña, Francisco Vázquez, muy felicitado por la ejecutiva por su éxito electoral, no ve con buenos ojos un pacto global con el BNG, la dirección de los socialistas gallegos entrará de inmediato en contacto con la fuerza que lidera Xosé Manuel Beiras para hablar de hasta 17 alcaldías, entre ellas las de Pontevedra y Lugo. La primera podría ser para el Bloque y la segunda para los socialistas.

"No vamos a pactar con ninguna fuerza que no condene la violencia; es decir, no vamos a pactar con EH ni tampoco con mafias organizadas que sirven a intereses que nada tienen que ver con los de la mayoría de los ciudadanos", dijo Almunia, que enseguida precisó que el carácter de mafia se lo otorgaba al Grupo Independiente Liberal (GIL), de Jesús Gil, el más votado en Ceuta y Melilla.

Criterios éticos

La situación de pactos en Euskadi se presenta un tanto complicada por la pluralidad de los resultados. Almunia no quiso ayer decantarse por ninguno de los dos posibles socios, PNV o PP. "Hay que asegurar la gobernabilidad, y dada la pluralidad de la sociedad no se puede descartar ninguna fórmula. Sólo tendremos en cuenta, eso sí, criterios éticos", dijo Almunia. Granada, Almería, Córdoba,Sevilla, Vitoria, San Sebastian, Bilbao, Barcelona, Tarragona, Pontevedra, Lugo, León, Burgos, Segovia, Huesca, Teruel, Ceuta, Melilla, Albacete, Vigo, Barakaldo, Avilés y Pamplona ponen nombre propio a la larga lista de ciudades en las que cabe cualquier pacto.

La Ejecutiva Federal introdujo en sus valoraciones la caída de voto de IU, aunque públicamente Almunia rechazó opinar sobre las posibles consecuencias internas del descalabro, como puede ser la dimisión de su coordinador general, Julio Anguita. En todo caso, dijo, "los resultados de IU son tan mediocres que en muchos sitios ni se plantea llegar a acuerdos con ellos porque simplemente no existen".

Almunia no se desdijo de la advertencia que hizo a Anguita el pasado jueves una vez que el coordinador general de IU llamó "criminal de guerra" al secretario general de la OTAN, el socialista Javier Solana. En ese momento Almunia aseguró que no iba a olvidarlo. "No se me han olvidado los insultos ni a mí ni a miles de socialistas, lo que no quiere decir que no vaya a haber conversaciones con esa fuerza política", precisó en la línea pragmática que ayer envolvió la reunión de la ejecutiva.

Todo quedará terminado el día 27, cuando el Comité Federal rechace o avale los acuerdos a los que se hayan llegado. Pero los militantes y electores socialistas tendrán que esperar todavía un tiempo indefinido para saber quién será su candidato a la Presidencia del Gobierno en las próximas generales. La ejecutiva hará para ese día una propuesta "de procedimiento" de designación, pero no se hablará de nombres. El criterio será el de "máximo consenso". José Borrell estuvo ayer en esta reunión, en la que todo fueron felicitaciones. Borrell se sumó a las enhorabuenas y destacó sobre todo los buenos resultados en Cataluña.

También hubo tiempo para el reproche hacia el PP. Hubiera habido más participación si los populares hubieran aceptado la celebración de debates públicos entre candidatos, según apreciación de Almunia. Pero la subida de votos de los socialistas tiene mucho que ver, según el análisis de la ejecutiva, con el empuje y el trabajo de cada candidato. Por esta razón, la dimisión de Borrell pocos días antes de comenzar la campaña no ha tenido incidencia, según Almunia.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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