El PP mantiene su mayoría absoluta en la capital y la Comunidad de Madrid pese al ascenso del PSOE
El presidente madrileño, Alberto Ruiz-Gallardón (PP), pensaba arrasar para lanzarse, con un techo electoral suficiente y con cuatro años de maduración, al asalto del poder nacional. Sufrió una noche de incertidumbres y salió a la una de la madrugada para anunciar que había ampliado mínimamente su mayoría absoluta (55 diputados de 102 posibles). Por su parte, el alcalde de Madrid, con el 95,7% de los votos escrutados, mantuvo una cómoda diferencia: 28 ediles por 20 del PSOE y cinco de IU. El ascenso socialista (casi diez puntos) no fue suficiente para derrotar al centroderecha.
Las encuestas de hace una semana ofrecían un pronóstico lleno de éxitos para Alberto Ruiz-Gallardón. Las distintas empresas demoscópicas aventuraban un aumento en el número de los escaños asignados al PP (que pasaría de los 54 actuales a 57) y, por tanto, un triunfo sin precedentes de su líder. Todos los sondeos calculaban también una participación mucho más alta de la que finalmente se registró (el 61%). Los dirigentes populares se fiaron de esas predicciones y esperaron tener una noche electoral feliz y tranquila. Sin embargo, el sobresalto les llegó incluso antes de que cerraran las urnas a las ocho de la tarde.
A las siete, en el cuartel general de la candidatura autonómica del PP, instalado en el salón Canalejas de la sede de la Presidencia regional (en la Puerta del Sol), se encendieron las alarmas al conocer el bajísimo índice de participación (menos del 62%), lo que presagiaba la mayor abstención en la historia de las elecciones madrileñas. "Si la participación es tan baja, nos enfrentamos a unos comicios distintos y puede pasar cualquier cosa", aventuró un dirigente popular.
Los miedos de los dirigentes del Partido Popular se agarraron a los sondeos de televisiones y radios para deprimir al presidente regional, que no pudo respirar hasta la medianoche, cuando el consejero de Presidencia, Jesús Pedroche, anunció que el PP había conseguido 55 diputados (uno más que hace cuatro años) con el 86% de los sufragios escrutados, mientras el PSOE conseguía 39 (siete más) y ocho, IU (nueve menos).
En el hotel Victoria, elegido por la candidatura PSOE-Progresistas para el seguimiento de los resultados electorales, pasaron de la euforia inicial, cuando los sondeos hablaban de un empate técnico entre la izquierda regional a la feliz decepción porque habían subido siete escaños aunque seguirían otros cuatro años en la oposición.
Resultados en la capital
Con el 93% de los votos escrutados en las elecciones al Ayuntamiento de Madrid, el PP, que también lo pasó mal al conocer los primeros resultados, ya se garantizaba 28 concejales, tres más que la suma del PSOE (20 concejales) e IU (cinco). Hasta que no se escrutó más del 60% de los votos emitidos en Madrid, la suma de los votos del PSOE e IU daban a la izquierda 26 concejales, sólo uno menos de los necesarios para gobernar. La candidatura de José María Álvarez del Manzano, el regidor de Madrid, tenía a las 23.30 horas tan sólo 27 concejales, según el escrutinio. Pero a medida que avanzó la noche y se recibieron los datos de sus distritos más fieles, la mayoría absoluta del PP se fue consolidando hasta alcanzar un 48% de los sufragios, cuatro puntos menos de los conseguidos en 1995 y practicamente los mismos que en 1991.
En los distritos del sur (Vallecas, Villa de Vallecas, Carabanchel, Villaverde), el PSOE había conseguido resultados históricos (con más del 52% de los apoyos en alguno de esos barrios) mientras que el PP sufría una fuerte caída. La candidatura de Álvarez del Manzano ganó en 15 de los 21 distritos de Madrid.
La pequeña decepción del PP en la Comunidad de Madrid se situó en el sur industrial (un millón de habitantes), donde perdieron respaldos mientras el PSOE, que gobierna en los seis principales municipios del sur desde 1979, subía, de media, entre 10 y 12 puntos.
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