Ibarra recupera la mayoría absoluta y el PP centra su control en las ciudades
El PSOE, apoyado en el medio rural, recupera la mayoría absoluta en Extremadura. El PP limita su poder al control de las principales ciudades. El mapa político extremeño da un vuelco importante y el PSOE logra el protagonismo que ya tuvo al inicio de la década de los noventa, cuando también los socialistas ostentaban el Gobierno de la nación, al obtener 34 escaños (la mayoría absoluta está en 33). IU debilita su posición y reduce su peso específico en el Parlamento autonómico, al quedarse con sólo tres escaños de los seis que tenía anteriormente. Los regionalistas se desploman de forma estrepitosa y desaparecen de la escena política. Juan Carlos Rodríguez Ibarra está en el umbral de su quinto mandato ininterrumpido desde 1983. El voto rural continúa siendo fiel al PSOE. El dirigente socialista logra así el objetivo marcado en una campaña donde reiteradamente pidió la mayoría absoluta como garante de su opción de Gobierno para un programa ambicioso. Llegó, incluso, a afirmar que prefería que ganara las elecciones el PP, antes que tener que gobernar pactando con IU. Las diferencias personales entre Rodríguez Ibarra y el coordinador de la coalición, Manuel Cañada, son insalvables para el dirigente socialista. La recuperación de esa mayoría absoluta podría interpretarse como la recuperación de antiguos votantes, desencantados y desenganchados de la opción socialista en la mitad de la década. En ese sentido, los tres últimos días de campaña han resultado fundamentales para el PSOE. Su alianza con el PDNI podría haberla rentabilizado espléndidamente.
Rodríguez Ibarra considera que "el PSOE ha ganado las elecciones al Partido Popular Extremeño, al Partido Popular Nacional y al Gobierno de José María Aznar. El triunfo puede interpretarse como una experiencia significativa de cómo hay que ganarle en el país al PP".
La comunidad de Extremadura volvió a ser esquiva con los populares, que plantearon la campaña como el ahora o nunca. Pero ni el respaldo nacional prestado a su candidato, Juan Ignacio Barrero, ni el desembarco de todo el Gobierno de José María Aznar en Extremadura, han logrado desestabilizar el fortín socialista. El PP mantiene el voto urbano, conservando las principales ciudades. Ratifican la mayoría absoluta en Badajoz y Cáceres, y podrían acceder por primera vez a ella en la capital autonómica. Sin embargo, las dos diputaciones continúan en poder del PSOE.
IU sufre un importante retroceso. La escisión del PDNI ha pasado factura a la coalición que, de no haber obtenido el PSOE la mayoría absoluta, podría haber tenido la llave del parlamento. Rodríguez Ibarra interpretó este fuerte descenso de IU: "Los electores la han castigado por hacer antisocialismo".
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