Un diplomático abiertamente "gay"
Bill Clinton aprovecha las vacaciones del Congreso para nombrar al primer embajador homosexual de EE UU
El pasado año circuló entre los miembros de la mayoría republicana en el Congreso de Estados Unidos un vídeo filmado durante el desfile en San Francisco del Día del Orgullo Gay de 1996. En él se veía al jurista, hombre de negocios y filántropo James Hormel sonriendo cuando pasaban ante él las llamadas Madres de la Perpetua Indulgencia, un grupo de drag queens disfrazadas de monjas. ¿Por qué se interesaban los parlamentarios republicanos en esas imágenes? Porque Hormel había sido propuesto por Bill Clinton como embajador de Estados Unidos en Luxemburgo y, aún más, porque el candidato era, y es, abiertamente gay. Durante un año y medio, el Congreso, en uso de sus poderes constitucionales, ha bloqueado el nombramiento de Hormel. Pero ahora Clinton le ha ganado la mano con una maniobra considerada como una "traición" por los republicanos. Hastiado por la larga negativa del Senado a estudiar su propuesta, ha utilizado una cláusula de la Constitución que autoriza al presidente a hacer efectivo un nombramiento si el Capitolio de Washington está cerrado por vacaciones y el asunto es urgente. Aprovechando la semana de pausa por el Memorial Day, el día que EE UU consagra al recuerdo de sus caídos en guerra, Clinton firmó el envío inmediato de Hormel a Luxemburgo.
"El presidente ha mostrado su absoluto desprecio por el Congreso y la Constitución", declaró el jueves Trent Lott, líder de la mayoría republicana en el Senado. La Casa Blanca replicó que, en sus seis años como presidente, Clinton ha hecho 57 nombramientos aprovechando vacaciones parlamentarias, frente a los 239 de los ocho años de Reagan y los 78 del cuatrienio de Bush. Ese argumento no ha hecho mella en la derecha, que ha anunciado que se vengará bloqueando los últimos nombramientos propuestos por el presidente, en particular los del nuevo secretario del Tesoro, Larry Summers, y el nuevo embajador en las Naciones Unidas, Richard Holbrooke.
Según el tipo de nombramiento utilizado por Clinton, Hormel podrá ser embajador, sin permiso del Senado, hasta finales del año 2000. Un plazo suficiente para consagrar el principio de que un gay, si es "honesto y tiene talento", puede representar en el extranjero a Estados Unidos. Al poderoso sector republicano que recibe sus consignas de la derecha cristiana esto le parece pura y simplemente pecaminoso.
Antes de aceptar plenamente su orientación sexual, Hormel, rico de nacimiento y generoso contribuyente a las siempre sedientas arcas electorales del Partido Demócrata, había estado casado y había tenido cinco hijos. Su familia ha militado activamente en el último año y medio a favor de su nombramiento. Alice Turner, psicóloga jubilada, escribió el pasado año a Trent Lott una carta que decía: "Conozco a James Hormel desde hace 46 años y he estado casada con él durante 10 de esos años. Hemos tenido cinco hijos. Durante mucho tiempo, él intentó duramente vivir una vida que era una mentira. Pero es un maravilloso padre, abuelo y amigo. Y es un buen hombre. Denle una oportunidad".
Lott y sus correligionarios no quisieron darle esa oportunidad, pero Clinton ha terminado imponiendo su voluntad. Es más, ayer mismo proclamó oficialmente a junio Mes del Orgullo de Gays y Lesbianas, en reconocimiento de la "diversidad" estadounidense y del papel de esas personas en defensa de los derechos civiles.
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