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ELECCIONES EUROPEAS 1999

El nuevo Parlamento Europeo tendrá más poder que el anterior

La futura Eurocámara podrá vetar el 80% de las iniciativas legislativas de la UE

El Parlamento Europeo que surgirá de las elecciones de hoy tendrá mucho más poder que la Cámara que ahora acaba su legislatura. Desde la entrada en vigor del Tratado de Amsterdam, el pasado 1 de mayo, la Eurocámara tiene derecho de veto en la elección del presidente de la Comisión Europea y en la tramitación del 80% de las propuestas legislativas en la UE. Hoy se vota en 11 países de la Unión. Holanda, Reino Unido y Dinamarca lo hicieron el jueves.

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La hora de la madurez

La Eurocámara ha ido ampliando sus poderes poco a poco desde que, al crearse la entonces Comunidad Económica Europea (CEE), los seis países que la encarnaban elegían a los eurodiputados a través de los parlamentos nacionales. El Parlamento empezó a cobrar verdadera importancia política en 1979, cuando por primera vez se constituyó a través del voto directo de los ciudadanos europeos. El Parlamento empezó a acumular poder real en 1975, cuando ganó el derecho a rechazar en bloque el presupuesto -un poder que ha ejercido dos veces en su historia- y el derecho a aprobar o rechazar la gestión de la Comisión para la ejecución presupuestaria de cada ejercicio finalizado. En enero, el Parlamento rechazó por primera vez esa liquidación respecto al ejercicio de 1997, abriendo una crisis institucional que fue creciendo hasta el punto de provocar la dimisión en bloque de la Comisión el 15 de marzo pasado.

Con la entrada en vigor del Acta Única Europea (1986), el Parlamento ganó el derecho a emitir un dictamen sobre la adhesión de nuevos Estados miembros y sobre las acuerdos de asociación con países terceros y se puso en marcha el llamado procedimiento de cooperación en la aprobación de la legislación comunitaria. Con la cooperación, el Parlamento podía condicionar y bloquear las decisiones legislativas del Consejo de Ministros, pero si no había acuerdo tras un proceso de conciliación entre ambas instituciones se aprobaba la propuesta del Consejo.

El impulso de Maastricht

El Tratado de Maastricht supuso desde 1993 un gran impulso para la Eurocámara. Ese tratado le confiere el derecho a dictaminar sobre la mayoría de acuerdos internacionales -ejerció ese derecho, por ejemplo, para aprobar las negociaciones que permitieron crear la Organización Mundial de Comercio- y, sobre todo, amplió sus poderes en materia legislativa al crear el procedimiento llamado de codecisión. Ésta es una de las armas más poderosas del Parlamento, porque le permite vetar las iniciativas del Consejo de Ministros que no reciben el apoyo de la Cámara. La ampliación del ámbito de aplicación de la codecisión con la entrada en vigor del Tratado de Amsterdam ha empezado a dar a la Eurocámara un poder comparable al que en cada país tienen los parlamentos nacionales en materia legislativa. Con la codecisión, si no hay acuerdo entre Parlamento y Consejo tras un proceso de conciliación, la propuesta del ejecutivo queda rechazada.

Desde Amsterdam la cooperación se reserva sobre todo a las decisiones que afectan a la Unión Económica y Monetaria y la codecisión se aplica en el 80% de las iniciativas legislativas. Por ejemplo, en materias que afectan a empleo, igualdad de oportunidades y trato en política social, salud pública, transparencia, lucha antifraude, cooperación aduanera, estadística, redes transeuropeas de transporte, reconocimiento de diplomas, cultura, libre circulación de trabajadores, mercado único, consumidores, investigación, etcétera.

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