Irala reconoce ante la junta que Iberia ha perdido credibilidad
El presidente de Iberia, Xabier de Irala, se presentó ayer ante los accionistas de la compañía menos pletórico de lo que lo había hecho el día anterior ante la prensa. "Hemos perdido pasajeros, reservas, credibilidad e ingresos, empeorando nuestros resultados", afirmó. "Hemos deteriorado nuestra imagen y nos va a costar un gran esfuerzo recuperarla". No obstante, sí reconoció dos éxitos a su gestión: un resultado "histórico", tanto en las cuentas de 1998 (51.291 millones de pesetas de beneficio, un 31% más), como en las previsiones para 1999 (un beneficio neto de 43.000 millones); y haber eliminado de la compañía "lastres históricos sin hipotecar su futuro" (en clara referencia al acuerdo con el SEPLA). Un futuro que, según el presidente de la aerolínea, se centrará en ampliar su cuota de mercado en Europa y en aumentar la producción.
La junta aprobó, como estaba previsto, la ampliación de capital de 20.000 millones de pesetas que será suscrita por la SEPI (titular del 94% del capital). Varios accionistas protestaron por no disfrutar del derecho de suscripción preferente en la ampliación, y uno de ellos criticó que el dividendo, en vez de ir a reservas, "vaya al bolsillo de la SEPI".
En un turno de preguntas escasamente oficialista, una veintena de trabajadores increparon al presidente al grito de "con tantos beneficios basta ya de sacrificios" y le reclamaron la devolución del descuento en el sueldo de los trabajadores (6% de media) que recoge el plan de viabilidad de 1994.
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