Un conductor para un municipio con escaso dinero
Diecisiete millones de pesetas podría ser la facturación anual de una cafetería pequeña y es el presupuesto que administra el alcalde de Prat de Comte, municipio de 200 habitantes de la Terra Alta, una de las cinco comarcas más pobres de Cataluña. Ese presupuesto da para cubrir gastos y poco más. Descartado el aumento de los impuestos, cualquier obra municipal depende en exclusiva de las subvenciones, según reconoce el alcalde Joan Ramon Pallarés, aspirante a revalidar el cargo con CiU. "No tenemos programa electoral. Simplemente, el otro día hicimos una reunión y expliqué a los electores que tenemos ilusión por hacer determinadas cosas para el pueblo, pero ellos ya saben que no prometemos nada. Si no hay ayuda nos quedamos igual, porque no podemos ir subiendo impuestos", explica con realismo el candidato. Pallarés prefiere no engañar a nadie con promesas dudosas. Tampoco le preocupan demasiado los sueños programáticos que puedan vender sus contrincantes. Este año concurren otras dos listas además de la suya, configuradas por un único representante cada una: la Federació d"Independents de Catalunya presenta a Josep Borràs, y la coalición PSC-PMC a Miran Galindo. "Son de fuera", asegura Pallarés. En cambio, el PP, que en el pasado mandato logró un concejal, no concurre esta vez. Pallarés preferiría que todas las formaciones estuvieran en el consistorio: "En un pueblo no interesa que haya listas monocromáticas. Es bueno que haya un abanico de ideas". En Prat de Comte los plenos se celebran cada dos meses si no hay urgencia que apremie. Cada decisión se toma por consenso casi absoluto: "No votamos las propuestas. Simplemente hablamos y si a alguien no le parece bien alguna propuesta, seguimos hablando." El cargo no le exige mucha dedicación, aunque Pallarés hubiera preferido no repetir en este mandato, "pero al final me han vuelto a convencer, porque aquí no hay nadie que quiera tirar del carro", explica. Este convergente de 47 años decidió asumir labores de gestión municipal ante la insistencia de un grupo de compañeros. Eligieron presentarse por CiU porque, según señala, coincidían "con su ideología por ser una formación arraigada en la tierra, de adscripción religiosa y moderada; de hecho, a veces demasiado moderada". Se refiere a la posición nacionalista que mantienen sus líderes: "Tendrían que insistir más en esta cuestión", reclama. Pallarés llegó a Prat de Comte con veintipocos años, procedente de la ladera opuesta de la montaña, para casarse. Hasta entonces había vivido en Bot, el pueblo vecino, donde nació en el seno de una familia de agricultores. Es conductor de profesión, un trabajo que le obliga a pasar todo el día "y parte de la noche" en la carretera distribuyendo pienso. Desde hace unos años reside con su esposa y dos hijos en L"Hospitalet de l"Infant. "Otros compañeros se encargan del funcionamiento diario del consistorio y yo me encargo de las gestiones que hay que hacer fuera", señala.
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