La "supertasa" de Cádiz

El Ayuntamiento de Cádiz, gobernado por el PP, ha incrementado la presión fiscal en un 47,6% en cuatro años. De las 124.577 pesetas que pagaba cada familia en impuestos en 1995, se ha pasado a 183.940. A la vez, en este periodo, se ha reducido en casi 3.000 el número de familias que tributan. Ése es el dato global, marcado por una subida anual de los impuestos igual al IPC. A esta presión fiscal, hay que sumar la irrupción de la tarifa medioambiental, la impopular supertasa, que cobra conjuntamente la recogida de basuras y el consumo de agua y permite al Ayuntamiento ingresar unos 700 millones anuales. La supertasa, ha sido, con diferencia, la figura fiscal más contestada por el movimiento vecinal y la oposición, un rechazo que cristalizó en una manifestación de protesta en 1997. La oposición considera que se produce un doble cobro, ya que el recibo del IBI incluye la tasa de basuras. El PSOE presentó un recurso ante la sala de lo contencioso administrativo del Tribunal Supremo pidiendo que se declare ilegal la tasa, pero aún no hay fallo. El IBI ha subido un 12%. Por este concepto, el Ayuntamiento ingresa 2.400 millones de pesetas anuales, 650 más que en 1995 y el recibo medio se sitúa en 49.660 pesetas por contribuyente. El Impuesto de Actividades Económicas (IAE), ha pasado de 147.650 pesetas el recibo medio a 169.460 en 1998 y proporciona unos 700 millones cada año. La candidata del PP, Teófila Martínez, ha dicho que mantendrá la supertasa si revalida su victoria, mientras que su oponente socialista, María de la O Jiménez, promete eliminarla. La situación económica del Ayuntamiento, que se enfrenta a la falta de suelo y a la pérdida de población, también ha empeorado. El déficit ha pasado de los 2.776 millones de 1995 a más de 4.000 millones. La deuda a largo plazo con los bancos ha aumentado en 2.000 millones y se sitúa en torno a los 6.000 millones, aunque a corto plazo ha sido anulada gracias a los ingresos por la venta de parcelas y sólo se adeudan 30 millones a los bancos.