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GUERRA EN YUGOSLAVIA Los vencedores

La OTAN cree cumplidos sus objetivos y reanuda el diálogo con el Ejército serbio

Xavier Vidal-Folch

El pacto del Grupo de los Ocho en Colonia tuvo anoche consecuencias fulminantes. Permitió reemprender anoche las atascadas conversaciones entre militares aliados y yugoslavos sobre los detalles "técnicos" de la retirada serbia de Kosovo, y abrió paso a una reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. "Todo se hará en un tiempo prácticamente récord, si las cosas salen bien", auguró el secretario general de la OTAN, Javier Solana, refiriéndose a la secuencia de los próximos pasos hacia la paz. "Crucemos los dedos", añadió, trasluciendo un optimismo cauteloso. Junto a él, la secretaria de Estado de EEUU, Madeleine Albright, se manifestó tanto "optimista" como "realista".

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No era todavía el momento de cantar solemnemente victoria, porque Milosevic ha dado demasiadas sorpresas desagradables, jugando con los detalles y los calendarios. Pero Solana valoró el acuerdo de Colonia como "lo que era necesario para seguir avanzando hacia la solución del conflicto", pues recoge casi al milímetro todas las posiciones aliadas, y dijo esperar que el Consejo de Seguridad apruebe "en un tiempo relativamente corto" el proyecto de resolución. Y Albright, llegada de Colonia para informar con detalle a la cúpula de la OTAN sobre las discusiones con Rusia, se manifestó "muy reafirmada por lo que los rusos han hecho; han trabajado muy bien en Colonia".En realidad, el ministro ruso Ígor Ivanov echó ayer marcha atrás en todas sus reticencias de la víspera. Obtuvo, sin embargo, una concesión formal. La referencia a la "sustancial participación de la OTAN" en la fuerza militar internacional que se desplegará en Kosovo, la Kfor, no figura en el texto articulado del proyecto. Quedó para su segundo anexo, que recoge el acuerdo Chernomirdin-Ahtisaari asumido por Belgrado.

Albright explicó que eso carecía de importancia alguna, tanto porque la costumbre de los textos de las resoluciones del Consejo de Seguridad suelen obviar esas referencias explícitas, y dejó entender que los dos anexos al cuerpo de la resolución tienen el mismo valor jurídico que éste. Solana añadió que en la resolución por la que se creó la fuerza de pacificación de Bosnia -la Ifor, posteriormente transformada en Sfor-, que es el modelo de la Kfor, el papel nuclear de la OTAN "también quedó recogido en el anexo". La Alianza respiró ayer -aun anunciando que permanecerá vigilante-, entendiendo que el acuerdo definitivo con Rusia a través del G-8 desenreda el nudo gordiano político-diplomático y precipita los siguientes pasos hacia la paz. "Ahora todo depende de que Milosevic acepte el acuerdo", subrayó, prudente, la secretaria de Estado. Todo sucederá ahora "en un tiempo récord", auguró Solana, en referencia a la secuencia: reanudación de las discusiones militares/inicio de la retirada serbia/suspensión de los bombardeoos de la OTAN/votación del Consejo de Seguridad/despliegue de la Kfor/retorno de los refugiados.

El propio Solana anunció la inmediata reanudación en Kumanovo, de las reuniones entre los generales Michael Jackson y Svetozar Marjanovic, para acordar los detalles "técnicos" de la retirada serbia y el inicio del despliegue de la Kfor. A las 21.20 de la noche, Jackson llegó a Kumanovo en helicóptero y los militares serbios en vehículos oficiales. La delegación yugoslava era menos numerosa que en ocasiones anteriores pero de igual rango, informa desde Kumanovo Por parte de la Alianza -además de Jackson- acudieron seis generales de brigada. Dos británicos, un francés, un alemán, un italiano y un estadounidense. Fuentes militares señalaron que las conversaciones iban a prolongarse varias horas. Sin embargo, pasada la una de la madrugada, Marjanovic abandonaba el lugar, aunque se desconocía si era poniendo fin a las conversaciones o simplemente se trataba de una interrupción para hacer consultas.

El Consejo Atlántico dio ayer el visto bueno informal al plan de despliegue de la Kfor. Hoy se reunirá con los once países asociados que quieren participar en la fuerza. Luego aprobará el plan, las reglas de conducta de sus soldados, y la "orden de activación" para concentrar los 48.000 soldados en Macedonia. Para la orden que permitirá su entrada en la provincia de Kosovo habrá que esperar a la resolución del Consejo de Seguridad. La estrategia de la Alianza Atlántica ahora mismo bascula sobre tres orientaciones, según dijo el portavoz civil de la Alianza, Jamie Shea: mantener la presión militar hasta la retirada "rápida, completa y verificable" de los serbios; acelerar los preparativos para el despliegue de la Kfor, y relanzar las conversaciones con ACNUR para organizar el retorno de los refugiados, porque "al menos la mitad quiere volver a casa antes del verano".

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