Moris vuelve a España con una propuesta que abarca "toda la música americana"
, Mauricio Birabent, Moris, sigue empuñando la guitarra eléctrica, a los 56 años, como hace tres décadas. Con la misma naturalidad, convicción y energía de entonces. "El rock es algo físico", afirma, y es fácil creerle. Este músico argentino a quien todos reconocen haber sido quien enseñó a los rockeros de la movida madrileña a cantar en español, actuará mañana en Madrid y el viernes en Zaragoza (La Casa del Loco). Hay dos elementos fundamentales en la música de Moris que han seguido teniendo vigencia a lo largo de su carrera. El primero es su fidelidad a la música americana. "Americana en toda la extensión de la palabra, desde el rock, el jazz, el gospel o el funk, hasta el bolero y el tango", explica. El segundo es su absoluta convicción de que el español es un idioma perfectamente idóneo para interpretarla también en todas sus variantes. "Cuando llegué a España en los años setenta les parecía una horterada eso de cantar rock en español y además hacerlo sobre cosas de la ciudad. Todos querían hablar de Pink Floyd o de Genesis y de lo que pasaba en Londres", relata. "Me sonaba muy lejano, ajeno, eso de cantar como Elvis. Me decían que el rock no sonaba bien en español, pero yo insistía en que es un idioma con mucha fuerza. Y empecé a hacer canciones con lo que veía por las calles, la gente, la Gran Vía, Cuatro Caminos...." Su disco Fiebre de vivir, reeditado recientemente, es una especie de guía urbana del Madrid de esa época, aunque Moris no ve muchas diferencias con el Madrid actual. "No ha cambiado demasiado en lo esencial. La gente sigue teniendo tiempo para charlar", dice. Eran los tiempos de la movida madrileña. "Había una avidez tremenda en esa época. Cuando empezamos a salir de gira llegábamos a sitios donde no habían visto una guitarra eléctrica, unos bafles tan grandes, ni las luces estroboscópicas que poníamos. Para muchos era como un circo", recuerda. Mañana el fanzine Zona de Obras le dedica un homenaje. Moris actuará solo con su guitarra en la sala Suristán de Madrid, aunque se subirán al escenario otros músicos como Andrés Calamaro, su hijo, Antonio Birabent y Nacho Mastretta. "Estoy muy gratamente sorprendido por el recibimiento que me han hecho ahora en España. Tengo ya otros diez conciertos previstos para los próximos meses aquí", afirma. Pese a su vena rockera, Moris ha ido evolucionando en su música en los últimos años. Su último disco es Sur y después, publicado en 1995. "Ya no se puede hablar de un rock en estado puro", dice. "Lo que hago ahora tiene elementos de flamenco, de bolero y de tango. Pienso que el rock es la música del imperio, es avasallador. Y no soy antiyanqui. Pero es importante que cada región deje también sitio para su propia música".
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