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"Los objetivos que se resisten son los más apetecibles"

Francesc Valls

Joaquim Molins es el valor en el que confía Convergència i Unió (CiU) para hacerse por vez primera con la alcaldía de Barcelona. Hasta el momento ha pasado todos sus exámenes con nota: sustituyó a Miquel Roca al frente de los diputados de CiU en Madrid. Pero ahora le ha tocado una dura reválida: sucederle como candidato en Barcelona, la ciudad que se ha convertido en el baluarte de la izquierda y que Jordi Pujol quiere añadir a la corona nacionalista. Las encuestas no le son favorables.Pregunta. En las pasadas elecciones, cuando fue candidato a alcalde de Barcelona, Miquel Roca dijo que si los socialistas ganaban les dejaría gobernar aunque estuviesen en minoría. ¿Usted lo mantiene?

Respuesta. Depende de los resultados que se den. Creo que el gobierno de la ciudad debe tener estabilidad. Yo tengo como objetivo el de ser la lista más votada. Y la lista más votada tiene un plus que le da la propia ley.

P. Sí, ¿pero usted lo respetaría o no?

R. Yo hago la previsión de que tenemos a nuestro alcance ser la lista más votada. Insistiría en que no es bueno tergiversar lo que dice la ley. Y la ley -una ley, por cierto, que durante 14 años de Gobierno socialista no ha cambiado y que, además, ellos han utilizado en muchísimas ocasiones- dice claramente que si se conforma una mayoría de gobierno estable es ésta la que gobierna, y, si no, gobierna la lista más votada. Yo no quiero ser alcalde de la ciudad a cualquier precio.

P. En caso de que llegara a ser alcalde de Barcelona, ¿qué pasaría dentro de Convergència? Usted estaría al frente del segundo poder de Cataluña, una posición importante para suceder a Pujol

R. La primera cosa que ocurriría es que sería alcalde de Barcelona, que es algo absolutamente ilusionante. Intentaría que la ciudad recuperase su empuje. Ésta sería no digo mi única preocupación, pero sí mi principal ocupación con toda seguridad, y lo que viniera después, en el futuro, ya se vería.

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P. ¿El billete de Madrid a Barcelona es sólo de ida o tiene vuelta por si las cosas no van bien?

R. A partir del día 14 veremos cómo queda todo y tomaremos las decisiones. Mi voluntad sería, si tomara la decisión yo sólo, continuar haciendo compatible una cosa y otra -ser alcalde y diputado nacional-, porque creo que si adquirí un compromiso con el elector debo cumplirlo hasta el final.

P. En su partido hubo críticas cuando usted decidió hacer campaña manteniendo sus responsabilidades en Madrid.

R. Hubo comentarios y mucha gente que pensó que debía dimitir en Madrid y dedicarme más plenamente a la ciudad de Barcelona y, además, es absolutamente legítimo. Pero la mayoría creyó que era posible compatibilizarlo. P. ¿No será que en CDC los más nacionalistas no le han perdonado su vieja militancia en Centristes de Catalunya-UCD? ¿Ha purgado su pecado original o debe hacer penitencia?

R. Entre los 30.000 o 40.000 militantes del partido, más los de Unió Democràtica, siempre puede haber alguien que piense que tengo ese pecado original. En cualquier caso, la mayoría se expresó muy claramente y me apoyó. Yo fui creador de un partido político que se llamaba Centre Català, que se definía como partido liberal, nacional y catalanista.

P. Pero no puede negar que, cuando se dudó entre usted y el consejero de Economía y delfín de Pujol, Artur Mas, como candidato al alcalde, usted no era el preferido por los sectores más nacionalistas de Convergència.

R. Y es legítimo. Yo sé que había mucha gente que había trabajado con Artur Mas, como presidente que era de la Federación de Barcelona Ciudad, y que creían que el candidato debía ser él. Pero, una vez tomada la decisión, todos trabajamos con la ilusión de gobernar la ciudad. Aunque sólo sea porque hace muchas veces que lo intentamos sin conseguirlo. Es que los objetivos que se resisten son los más apetecibles.

P. ¿En qué se diferencia un alcalde nacionalista de uno que no lo es?

R. En estos 20 años, si yo hubiera sido alcalde de la ciudad, habría puesto la potencia que tiene reivindicando cosas la ciudad de Barcelona en las reivindicaciones globales del país. Con toda seguridad, si hubiera sido alcalde de la ciudad en el año 1979 y mi partido estuviera gobernando, el tren de alta velocidad lo tendríamos desde hace muchos años, por poner un ejemplo.

P. Pero ustedes, que han sido decisivos en un periodo largo, primero con el PSOE y ahora con el PP, habrían podido conseguir para Barcelona todo esto que no se ha hecho.

R. El PSOE no estaba en disposición de hacer demasiadas cosas en 1993, por desgracia para ellos y para todos. Por eso con el PP, en cuanto cambió la coyuntura y tuvimos la oportunidad de hacerlo, se desencalló el tren de alta velocidad, la pata sur...

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