Oráculo
MIQUEL ALBEROLA En estos días algunos empresarios andan gravemente preocupados con un futuro muy inmediato: el 14 de junio. Será el día en que se habrán disipado todos los interrogantes electorales que ahora mortifican las partes más sensibles de su talento. Mientras tanto, se obsesionan en leer este futuro en cualquier parte. Desde el faldón del periódico al mapa isobárico, todo es apropiado para substraer datos y recalcular el recuerdo de voto, reasignar a los indecisos y proyectar los escaños. Hoy los oráculos de Dodona y Delfos, a los que acudieron los clásicos antes de iniciar un viaje o emprender una iniciativa trascendente, han sido sustituidos por Demoscopia, Sigma-Dos. Eco Consulting o el Centro de Investigaciones Sociológicas. Cualquier empresario que se precie, y no confíe el balance de su negocio a la alegría del porvenir, se ha tenido que convertir en un especialista en este tipo de información. Cada cuatro años sus cerebros se inundan de hipótesis y horquillas hasta la confusión total. Se pasan los días al teléfono o en el reservado de los mejores restaurantes ante una botella de orujo haciendo libaciones para destilar la verdad del fondo del envase. A menudo, del interior de estas cuevas surge un ruido muy profundo y estos espíritus ansiosos, que dormisquean con la oreja pegada a la gruta, atenúan su incertidumbre distribuyendo la estimación entre las circunscripciones, a través de unos coeficientes que hallan a partir de la serie histórica del resultado. Entonces deciden la inversión. La regla D"Hont ha sustituido a Zeus y a Apolo, y las pitonisas que se sentaban en un trípode de bronce y masticaban hojas de laurel para entrar en trance y penetrar en el futuro han sido reemplazadas por ejecutivos con traje de Hugo Boss con el móvil ardiendo. Los sondeos, como Zeus, ya pueden engendrar hijos sin tener que rercurrir a la matriz femenina de la urna. Pero a menudo los oráculos también emiten pronósticos espurios, como cuando por un controvertido asundo de medicina Apolo fue condenado a trabajar un año entero de criado en el reino minia de Feras bajo la amenaza de la extinción. Por eso algunos hombres de negocios apuestan en todos los frentes para recuperar la serenidad.
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