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GENTE

YA PUEDE PREGUNTAR POR LA DOLORES

"Si vas a Calatayud..." ya puedes preguntar por la Dolores, "que es una chica muy guapa y amiga de hacer favores", rezaba una copla que levantaba, hasta hace poco, ampollas entre los habitantes de Bílbilis. Ahora nadie se mosquea por que se pregunte por "La Dolores". Porque el mesón de la mujer-leyenda, donde Feliu y Codina ubicó su drama en 1893, y que tuvo como actrices principales de peliculas de Benito Perojo o Florián Rey a Conchita Piquer o Imperio Argentina, es más célebre que la vetusta historia de la ciudad donde nacieron Marcial, Gracián o Sixto Celorrio. El edificio, del siglo XVI -la posada de San Antón-, ha sido restaurado con mimo y esmero por José María Valero, que ha conservado grafitis en sus paredes que avisan de que "cuando suba la criada, abisa questa el candiles ques un hombre mui malo" -sic- o "ruego a todos los parroquianos se respeten sus prendas los unos a los otros. Hay vigilancia constante", y sobre el aviso se conserva un ventanuco de madera, desde donde se vigilaba. El mesón, abierto el pasado martes, cautivó al ministro de Cultura y Educación, Mariano Rajoy, que degustó en él vino, longaniza y fardeles, el jueves, tras firmar un convenio destinado a restaurar la iglesia de San Pedro de los Francos, donde Fernando el Católico juró los Fueros. El alcalde, Fernando Martín, mostraba orgulloso la obra y el rescate de una leyenda que se hizo música por obra y gracia de Tomás Bretón y que habla de la historia de Dolores Peinador, una bilbilitana de mediados del XIX, que fue víctima de la codicia de su padre y de su marido y que murió en Madrid arruinada. Dolores fue musa de novelas, leyendas, zarzuelas y óperas. Ahora Calatayud recupera no sólo lo mejor de su leyenda, sino parte del patrimonio de quienes la inmortalizaron. Pascual Marquina, autor de España cañí, también de Calatayud, ya tiene su piano en el museo que se sitúa en la bodega del edificio, que data del siglo XV. Dolores, por tener, tiene hasta su retrato. Se lo ha pintado Jorge Gay. La leyenda que dio frutos en la música, la literatura o el cine es hoy una realidad palpable que incluye hotel, restaurante y museo. A fin de cuentas, a Calatayud se le reconocía universalmente por La Dolores, aunque más de uno tuvo que salir "por piernas" cuando la mentaba.-

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