Juan Bautista: "Mi parecido con El Juli sólo es físico"

"¡Pero si es El Juli!". La frase rebotó en los tendidos apenas Juan Bautista inició un galleo por chicuelinas rumbo al picador. El aludido, el novillero Juan Bautista (bautizado como Jean Baptiste Jalabert Founier), responde: "Bueno, lo primero es que somos grandes amigos. Ya el año pasado tuve la oportunidad de torear con él. Por lo demás, pues sí, tenemos la misma edad [el francés, pues nació en Arles, tiene 17 años; El Juli por ahí le anda], la misma estatura, somos rubios... Qué duda cabe de que físicamente nos parecemos. Sólo eso". Llegados a este punto, detiene el paso e inicia una alabanza del sosias: "Es bueno parecerse a alguien que ha revolucionado de semejante manera el escalafón de novilleros. Además, qué duda cabe de que es un espejo en el que mirarse"."Lo que yo diga. Éste es El Juli". La misma frase, idéntica perplejidad, y en el ruedo Juan Bautista, que alternaba chicuelinas con tafalleras. Como El Juli. "Que no, que éste es francés". "¿De Francia?". "No, si le parece, francés de Pamplona". Cuando los tendidos se sorprenden, puede escucharse de todo.

La alternativa, este verano

Juan Bautista toma la palabra. "Esto es un sueño. Aún no me lo creo", dice a modo de presentación el hijo del empresario y apoderado Luc Jalabert. Acto seguido, recita en un suspiro la temporada que le asiste: "Primero un novillo indultado, luego Castellón, Valencia [todo puertas grandes]... y ahora esto. Increíble". ¿Y ahora, qué? "Ahora toca la alternativa". En efecto, el 11 de septiembre, en Arles, será Espartaco el que le cederá el primer toro de su carrera."Lo que más me ha gustado es que he realizado dos faenas diferentes. El primero, que no era nada fácil, transmitía y llegó a los tendidos. Por la derecha iba. Sin embargo, por la izquierda se quedaba", afirma, y sin solución de continuidad pasa al segundo: "Todo lo contrario. Tenía que hacerlo todo yo porque el toro ni se movía. Ha sido el momento de exponerse, y el público así lo ha reconocido"; se para, vuelve a concederse un respiro, y al ataque: "Sabía que presentarse en Madrid, y hacerlo en San Isidro, después de apenas un año con picadores [debutó en Querétaro (México) el 14 de marzo de 1998], era una gran responsabilidad y un riesgo, pero...". Detrás del pero ya no hay aliento. En justa réplica, su compañero de terna Samuel López opta por el simple desaliento. "Con el lote que me ha tocado, poco podía hacer. Estoy convencido de que más era imposible hacer... Quizá no debería estar decepcionado... pero cuando se quiere ser torero, y no cualquier otra cosa, sólo valen los triunfos que dan contratos. El resto, ¿para qué? Yo sólo quiero torear", afirma con una rotundidad fuera de dudas. Antes, en los tendidos permanecían las sospechas: "Así que dice que es francés y que se llama como Molière. Vivir para ver". Y en esto, Juan Bautista, que se va camino de la puerta grande.