Carlos Fuentes dice que la democracia sin bienestar social lleva al autoritarismo
La primera impresión que recibió el escritor mexicano Carlos Fuentes al llegar a Cádiz fue la poderosa impronta americana de su arquitectura, "gemela de Cartagena de Indias", que le evocó esto: "Hay un hecho fundamental para nosotros: el Congreso Constituyente de Cádiz, un ejemplo de lo que debe ser la democracia moderna a principios del siglo XIX, que fue la gran oportunidad para la libertad moderna de España. La independencia americana se fraguó en gran medida en aquellas sesiones. Por desgracia, la libertad española no". Antes de visitar el museo de la ciudad, el Oratorio de San Felipe o el mercado de las Flores, Fuentes mantuvo un encuentro con los medios de comunicación, que inauguró descartando un vaticino que le persigue: "Descarto la posibilidad de ser algún día presidente de México. Pero al mismo tiempo trato de ser un buen ciudadano". "La transición mexicana es un hecho real", explicó el autor de Cambio de piel, "ya no se puede hablar de la dictadura perfecta, que dijo Vargas Llosa. Su declive empezó con la matanza de jóvenes de la Plaza de las Tres Culturas. Pero si la democracia de América Latina no se traduce en bienestar social, temo que pueda haber una regresión autoritaria, como ha sucedido en Perú, o en Venezuela". En el problema de Chiapas, "uno de los Estados más ricos de México, pero poblado de miserables", Fuentes lleva algún tiempo reclamando la mediación del Alto Comisionado de la ONU para refugiados, la Cruz Roja y "de una figura internacional", como "Adolfo Suárez, Óscar Arias, Raúl Alfonsín o Felipe González". Entre sus proyectos literarios a corto plazo, Fuentes manifestó su deseo de continuar la trilogía de crónicas que inauguró con Diana o la cazadora solitaria "con una biografía de Carlos Pizarro, el colombiano que renunció a las armas cuando la guerrilla se dejó invadir por los poderes del narcotráfico y fue asesinado. La tercera novela tiene que ver con un amigo de la escuela que fue víctima de Pinochet". También aprovechó para comentar su reciente encuentro con Clinton y aludir a los escándalos que le rodean, con la disculpa de que "el presidente de los EE UU tiene sus debilidades humanas, como todos. Lo que pasa es que, con excepción de Hillary, suele tener mal gusto con las señoras, se inclina por lo que llamamos loros o pericos. Eso no quita que sea el presidente más culto que ha tenido ese país. Puede citar a Cervantes, Faulkner, a Marco Aurelio, su filósofo de cabecera... aunque no sé qué tendrá que ver el estoicismo con Mónica Lewinski". Para terminar, Fuentes desveló incluso el secreto de su inalterable apostura, ahora que pasa la barrera de los 70 años: "Buenos genes, el amor y los amigos. Y, sobre todo, trabajar en lo que me gusta. Para mí, un placer: me acuesto con impaciencia para que llegue el nuevo día y pueda sentarme a escribir".
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