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Nuevos horizontes para una capital que presume de abierta y culta

El edificio de Rafael Moneo abre nuevos horizontes para una ciudad que siempre ha presumido de su oferta cultural. El Kursaal no se encargará de diseñar las programaciones. Se limitará a cuadrar el calendario y alquilar las instalaciones. Por eso, los agentes culturales tienen ante sí un gran reto, que pasa por lograr una perfecta coordinación para lograr el máximo aprovechamiento de los equipamientos escénicos. La apertura del complejo, que duplica las plazas disponibles en San Sebastián, brinda una oportunidad única para reforzar con propuestas de calidad los grandes hitos culturales. El Kursaal se estrena sin piedad, con una frenética actividad que mezcla los eventos más dispares. La primera cita de carácter localista -distintos actos culturales organizados por Donostia Kultura y la Escuela de Música- dejará paso a otras propuestas de peso. El 3 de julio, la sala de cámara acogerá el concierto homenaje a Astor Piazzolla, de la mano de Musika Bulegoa. Días más tarde -del 22 al 26 de julio- el Jazzaldia hará buen uso de la sala de cámara, la de banquetes y las terrazas, que prometen ser un lugar de encuentro para la gente joven. Porque nada más alejado de la realidad que pensar que el Palacio de Congresos y Auditorio de San Sebastián tendrá un carácter elitista. Ya lo ha dicho en más de una ocasión el alcalde, Odón Elorza: el Kursaal buscar atraer al público joven a la cultura con propuestas de vanguardia. Inauguración oficial El 23 de agosto se celebrará la inauguración oficial con una programación variopinta que ofrece la posibilidad de asistir al concierto de la Sinfónica de Euskadi con Ainhoa Artea o disfrutar de un recital de música vasca y de pop-rock. Luego llegarán la Quincena Musical y el estreno mundial de la nueva película de Román Polanski como prolegómeno de un Festival de Cine. La programación prevista aleja todas las posibles sospechas sobre el contenido del que se iba a dotar al Kursaal. Ahora el reto de los gestores municipales radica en diseñar una oferta cultural estable durante todo el año, que complete la interesante programación que proponen Donostia Kultura, el Koldo Mitxelena y las galerías comerciales, entre otros. De hecho, un comité integrado por las fuerzas culturales vivas de la ciudad está volcado en esa tarea desde diciembre. El único punto negro que se ha revelado por el momento está en la dificultad de programar grandes óperas y ballets en el Kursaal. El gerente, José Miguel Ayerza, defiende a capa y espada el proyecto de Rafael Moneo. Aduce que el edificio siempre ha tenido vocación de polivalente y nunca ha pretendido hacer la competencia al Teatro Real. En cualquier caso, asegura que el problema tiene fácil solución, siempre y cuando se apoye la financiación de un equipamiento para las grandes ocasiones.

Más información
El Kursaal inicia el despegue económico y cultural de San Sebastián tres meses antes de estar acabado

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