Garaikoetxea echa en cara al PNV la pérdida de San Sebastián
VIENE DE LA PÁGINA 1 Carlos Garaikoetxea acompañó su comentario sobre el papel de HB en la Diputación de un "todos me entendéis". Así, se sintió eximido de explicar qué temores sobre la participación de los radicales quería aplacar. Arzalluz prefirió ser explícito y dijo al menos lo que HB no tendrá: Hacienda. Ambos líderes salvaron con soltura su primer mitin conjunto tras la escisión -Arzalluz usó incluso en un par de ocasiones el latiguillo "como ha dicho Carlos"-, pero Garaikoetxea no se privó de recordar que hace ocho años fue el voto del PNV, unido al PP y el PSE, el que dio la alcaldía de San Sebastián a Odón Elorza, el adversario que tan difícil resulta ahora de desbancar. "El nacionalismo nunca debió perder San Sebastián", dijo el presidente de EA con vehemencia. La voz le falló y se quebró mientras pronunciaba esa frase, que premiaron los aplausos decididos de gran parte de los asistentes. Las viejas querellas de los dos partidos nacionalistas corren subterráneas bajo la superficie unitaria de esta campaña y Garaikoetxea lo quiso decir en Guipúzcoa, el único territorio donde los cabezas de lista al Ayuntamiento y la Diputación se reparten entre ambas fuerzas. Enrique Arana (EA) pidió que estos comicios reediten en San Sebastián la "mayoría abertzale" de las autonómicas y Román Sudupe preguntó si el ministro del Interior considerará "provincia traidora" a Guipúzcoa el 14 de junio y vaticinó que el PP y el PSOE "se ahogarán en su propio discurso". Empujados a unirse Garaikoetxea se refirió a ambos partidos como "apóstoles del catastrofismo" y dijo que ha sido el fracaso en materia de pacificación de los gobiernos socialista y popular lo que ha empujado a los nacionalistas a unirse "para empujar desde aquí" y se preguntó sobre el porqué de su "sabotaje al cambio". El presidente de EA arremetió contra José María Aznar y el ministro del Interior, Jaime Mayor, a los que atribuyó no aceptar la paz y la normalización salvo en el caso de que lleven incluida la prevalencia de "su modelo de Estado". Garaikoetxea calificó de "mísera maniobra para la galería, comedia" y "oportunismo" la salida del PSE del Gobierno en julio del año pasado. "Hay que tener cara dura para llamar excluyentes a aquellos con quienes han gobernado 12 años", dijo. Arzalluz atribuyó la virulencia de los ataques al nacionalismo a la bondad del balance de sus veinte años gobernando en todas las instituciones: "Es tan bueno que no pueden establecer el debate ahí". El líder del PNV recriminó la desigualdad de medios en la campaña y recetó: "Contra marketing, corazón".
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