Hallan nuevos restos humanos y escayolas de la iglesia de Ramales

La demolición de la iglesia de San Juan Bautista en 1809, templo en el que fue inhumado Diego de Silva y Velázquez, se llevó a cabo de forma precipitada, posiblemente en sólo tres días, y sin trasladar los cuerpos que en ella estaban enterrados. Los arqueólogos de la Consejería de Cultura han llegado a esta conclusión tras el hallazgo ayer, en las excavaciones, de las escayolas que decoraban el techo de la iglesia y la aparición entre los escombros de los segundos restos humanos.

Los arqueólogos de la Consejería de Cultura han lentificado el ritmo de sus excavaciones en la plaza de Ramales porque en tan escaso terreno -la segunda cata abierta no supera los 12 metros cuadrados- aparece demasiado material arqueológico y arquitectónico.Desde el pasado miércoles, cuando se desenterró un primer osario (una calavera y la tibia de un varón) y parte del pavimento original del templo, los técnicos decidieron centrar sus esfuerzos en datar y desentrañar su significado. Decidieron que, hasta no terminar estos trabajos, no seguirían excavando. Pero sólo la retirada del escombro ya está devolviendo a la luz numerosos elementos, principalmente estructuras (muros perimetrales y de separación) y parte de las escayolas que adornaban su techo. Se trata de apliques y ornamentos tintados de naranja, negro, azul, amarillo y verde.

Retirada previa

Por ello, los expertos creen que estos hallazgos confirman que la demolición ordenada por José I Bonaparte tuvo que llevarse a cabo en escasos días, ya que "son muchos los elementos que aparecen volcados directamente sobre el pavimento", lo que demuestra que las prisas por tirar la iglesia impidieron la retirada previa de estos materiales. Pero no son sólo piedras y escayolas las que aparecen, sino también huesos humanos. Ayer se hicieron visibles un fémur y varias falanges. La hipótesis más probable es que este osario fuera introducido en un muro y, al derribarse la iglesia, los restos humanos cayesen sobre el pavimento que ahora se desentierra.

Los historiadores calculan que más de 250 personas fueron enterradas en San Juan en los más de seis siglos en que esta iglesia estuvo en pie. Entre ellas, Velázquez, pintor de la corte de Felipe IV. Encontrar su osario -una investigación que ha atraído a numerosos medios de comunicación de todo el mundo- sigue siendo una cuestión de suerte, aunque los expertos insisten que prefieren desenterrar "una parte de la historia de Madrid".