"Señor presidente, han llegado los periodistas"

Con 24 cámaras de televisión apuntándole y más de 300 periodistas enfrente, no hay político que se resista. Si ese político, además, se llama Eduardo Zaplana, las posibilidades de someterse a una arenga se elevan a la máxima potencia. Y eso fue lo que ocurrió ayer en un restaurante de Alicante, reservado por el candidato a la presidencia Generalitat del PP, para invitar a comer a representantes de todos los medios informativos de la Comunidad Valenciana. Aunque, a tenor de los resultados no le salían las cuentas, porque el PP movilizó y disimuló entre los periodistas a medio centenar de jefes de prensa y de gabinete de las distintas instituciones públicas que controla. Cervezas, refrescos y canapés a pie de escalerilla; bandejas de ibéricos, salazones y coca amb tonyna de entradas; salmón, langostinos y foie rehogado con habas tiernas de primero; solomillo regado con caldos de la tierra de plato principal, y postre con mensaje subliminal (una hojaldrada bolsa de la fortuna), integraron el menú. Las mesas redondas, dispuestas de forma que a cada bocado era inevitable topar la mirada con el nombre del candidato, estratégicamente colocado y con letras de tamaño amenazador. El acto tenía hasta eslogan. "Cuatro años de resultados y un proyecto para seguir trabajando". Lejos de ser un mensaje meramente indicativo, se convirtió en 40 minutos de mitin que dejó adormecido a más de uno, con balance de gestión, detallada exposición del programa, análisis del presente y vaticinio de futuro. Se lo tomó Zaplana como el primer entrenamiento de campaña. "Frente al PP no hay otra opción capaz de desarrollar su programa; no hay nada", aseveró el candidato. Siguió en tono humilde: "Es casi imposible que no seamos los más votados". Rememorando históricas actitudes de la aristocracia española, Zaplana escenificó aquello de: -"Señor presidente, han llegado los periodistas". -"Pues que pasen y coman".