El PSOE espera mantener su hegemonía en el sur y arrebatar la alcaldía al PP

El PSOE encara el 13 de junio en una situación política agridulce. La dulzura deriva de las esperanzas socialistas en el ámbito municipal, donde perciben síntomas de deterioro de su rival conservador, Álvarez del Manzano, y la acritud, del parcial cortocircuito de un proceso de primarias que llevó a Fernando Morán a la cabeza de la candidatura madrileña, pero del que se apeó José Borrell. La apuesta del PSOE busca mantener sus posiciones en el sur madrileño.

La campaña electoral del PSOE-Progresistas en Madrid tuvo anoche su preámbulo en Vallecas, con un encendido discurso de Cristina Almeida que arrancó así: "He venido aquí, al corazón de Madrid, al corazón de la lucha vecinal y de la izquierda, porque desde aquí, ésta va a ser la campaña de la recuperación de la izquierda progresista en Madrid".Bien peinada, exultante y con voz potente, la candidata a la presidencia de la Comunidad de Madrid prosiguió: "Quiero ofreceros una gestión ilusionada y comprometida con la igualdad, la solidaridad y la participación, tres cosas que Vallecas ha sabido siempre conquistar". Atacó al Partido Popular y a su rival ante el Gobierno regional, Alberto Ruiz-Gallardón: "Se niega a debatir de manera abierta y razonable con nosotros", dijo "y monta espectáculos virtuales con mucha luz, aunque sin contenido. Pero nosotros sabemos que vamos a hacer realidad este sueño nuestro de unidad de la izquierda".

Fernando Morán, con camisa de manga corta, por su parte, resaltó: "Soy un hombre de izquierdas y estoy aquí con personas de Vallecas que en los momentos más difíciles siempre supieron mantener el espíritu de lucha y de fraternidad. Me dirijo también", añadió, "a las otras fuerzas de izquierda, con las que los socialistas debemos estar siempre juntos". Las palabras de Morán y Almeida fueron saludadas con aplausos por algunos centenares de asistentes, que siguieron la velada en una fiesta en un bulevar vallecano con la actuación del grupo musical Luz de Luna, mientras los candidatos partían hacia el invernadero de Arganzuela, donde la campaña electoral, propiamente dicha, comenzó a la medianoche con despliegue de efectos visuales y musicales.

Tras ser presentado por Jaime Lissavetzky, secretario general de la Federación Socialista Madrileña, Fernando Morán dijo: "Hay algo que está en el aire: se percibe que vivimos el prólogo de un cambio que tomará forma tras estas elecciones, cuya campaña hoy comienza". Evocando un título del dramaturgo republicano Alejandro Casona, Prohibido suicidarse en primavera, enunció: "Suicidarse es no votar, no cooperar, no criticar ni ser exigente. Por ello", agregó, "los ciudadanos no deben abandonar la línea de su verdadero interés, que es el interés por una sociedad progresista, de partidos políticos renovados y con un Parlamento vivo". Definió luego la ciudad como "un recinto de libertad" y reclamó para la izquierda la obligación de pinchar y de criticar, "porque la sociedad no se rige automáticamente".

Cristina Almeida, presentada a su vez por Morán "con esa enorme carga de ímpetu democrático que posee", se mostró contundente. "Hay quien considera eficaz una gestión de la cosa pública para el beneficio privado (en referencia a Ruiz-Gallardón). Pero nosotros no queremos ser gerentes democráticamente elegidos para privatizar la propiedad pública", reiteró. "Queremos recuperar Madrid para los progresistas, rescatar todos los cambios que emprendimos ya en 1979 y abrir los ayuntamientos a la democracia progresista". Cerró el acto Rosa Díez, candidata al parlamento Europeo, con un discurso intimista y vibrante. Al concluir, José Juan, militante del PSOE, dijo: "Confiamos en el efecto Manchester: al final, venceremos".