Político tránsfuga, candidato bisagra
Baleares rebosa de candidaturas marginales con las que aventureros, puristas o visionarios aspiran a negociar pequeñas cuotas de poder
,El transfuguismo ha sido un accidente habitual en la vida política de Baleares. Antiguos escapistas de los grandes partidos presentan a las elecciones del 13 de junio numerosas listas municipales y autonómicas que se postulan para ser bisagras determinantes de una u otra mayoría.Cambiar de bando tiene tradición en las islas y ha creado jurisprudencia en sus variantes extremas de corrupción política y compras de votos decisivos: por el caso Calvià, en 1992, se condenó a dos cargos del PP, que ofrecieron 100 millones de pesetas a un concejal del PSOE para pasar la alcaldía a la derecha y hacer negocios.
Un solo voto de diputado o concejal, una sola persona, ha tenido la llave para determinar aspectos esenciales para el archipiélago, como la conversión de paisajes en solares. Urbanizar o proteger tal o cual playa o finca tiene un efecto multimillonario y una gran trascendencia social. Y la complejidad para formar mayorías anima a ex militantes a completarlas y ejercer así el poder. Los concejales o diputados tránsfugas y bisagristas suelen reclamar el dominio de las áreas de Urbanismo o de Turismo.
Estos políticos que se encuentran fuera del control de los grandes partidos han decidido en tres de las cinco legislaturas autonómicas: el PP y Gabriel Cañellas mantuvieron sus inestables mayorías mediante la ayuda de parlamentarios captados en Unió Mallorquina (UM), el Centro Democrático y Social (CDS) y el PSOE. Los protagonistas de estas fugas a conveniencia, y en ocasiones también sus hijos y sus compañeras, fueron recompensados con cargos, contratos y puestos fijos en la nómina gubernamental.
Por eso UM se presenta en esta ocasión blindada, asegurada contra el transfuguismo, una plaga que ya le diezmó en el pasado. Se trata de un pequeño partido nacionalista de centro -20.000 votos, el 5,3% del censo-, con biografía y vocación de bisagra: ayudó durante diez años al PP y ahora gobierna con la izquierda. El 14 de junio decidirá con quién se va.
Ni escapistas ni 'topos'
La presidenta de UM, Maria Antònia Munar, presentó su candidatura autonómica detallando que sus integrantes ofrecen toda la confianza y que su independencia profesional les convierte en invulnerables ante las presiones. Escaldada por fugas y acosos ciertos, piensa que esta vez no tendrá ni escapistas ni topos.La complicada formación de mayorías absolutas en territorios discontinuos, como un archipiélago; en municipios con núcleos urbanos distantes o en zonas turísticas con intereses distintos alienta a tránsfugas, localistas, aventureros, puristas, visionarios o partidillos unipersonales con ganas de manejar el poder con una porción pequeña de escaños. Estas opciones, muchas de las cuales se atribuyen el apelativo de independientes, duplican la relación de candidaturas al Parlamento y los ayuntamientos.
En el abanico de siglas de los aspirantes no programados por organizaciones tradicionales se hallan casos singulares. Un ex candidato comunista prosoviético, ex boxeador, que luego caminó hacia el centro y la derecha y que hasta hace unos meses era cargo de confianza del PP, se presenta ahora por Mallorca como Unión de Centro Balear-Coalición Pueblo Balear. Un ex polícía nacional que se fugó del CDS para sostener la mayoría del PP se postula atribuyéndose la representación de los inmigrantes: Un forastero al Parlamento. Su grupo se llama Acción Social Independiente.
Los agraviados en las principales formaciones también engrosan la sopa de candidaturas: un ex concejal del PSOE de Mallorca ha construido en semanas un grupo alternativo, Socialdemocracia para el Progreso, con listas autonómicas y municipales. En el mismo frente, un edil expulsado de IU, con cuyo voto le ha sido posible al PSOE gobernar en Calvià, ha montado dos candidaturas para las elecciones insulares y las locales con el nombre de Esquerra Alternativa.
Completan el frente de listas ajenas al mapa habitual un funcionario, colaborador del PP y agitador en actos del alcalde de Palma de Mallorca, con la candidatura de Treballadors per la Democràcia y otro edil del PP, con 20 años en el cargo, que ha montado su propio partido local tras no ser nominado esta vez por sus compañeros populares.
La práctica electoral demuestra que, en general, el impacto en las urnas de las listas de ex militantes de los grandes partidos es irrelevante. Pero sí se observa que los políticos personalistas, los exóticos o los escindidos pueden arrastar desde decenas hasta centenares de votos y mermar la presencia de los grandes en la Cámara. En el ámbito municipal cosechan todavía más adhesiones y éxitos.
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