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CARDIOLOGÍA

El ventrículo artificial, una alternativa para los corazones que agonizan

Hay situaciones clínicas en las que la vida del enfermo cardiaco ya sólo puede salvarse mediante un trasplante de corazón. Pero no siempe hay un órgano compatible en el momento en que se necesita. Durante este tiempo de espera, la única posibilidad de mantener con vida ese corazón agozinante es la implantación de la asistencia mecánica circulatoria (AMC), tambien conocida como ventrículo artificial.En algunos casos, los menos, esta técnica puede ser terapéutica y resolver definitivamente el problema, sin necesidad de trasplante ni de ninguna otra intervención, y también puede controlar la patología durante un periodo de unos dos años.

Con motivo del décimo aniversario de la primera implantación en España de un sistema de AMC con un ventrículo artificial desarrollado íntegramente por expertos españoles, especialistas de todo el mundo se reunieron la pasada semana en el hospital Universitario de La Princesa de Madrid, centro en el que se realizó esta intervención, para revisar los avances registrados durante esta década en este procedimiento de cirugía cardiovascular.

Según Juan Duarte Manzanal, jefe del servicio de Cirugía Cardiovascular de La Princesa, la AMC es una técnica muy compleja y por lo mismo no ha experimentado en estos años el desarrollo esperado. "Aunque lleva investigándose desde finales de los años cincuenta", explica, "hasta hace diez años no empezaron a implantarse en todos los países desarrollados. No es la panacea para ciertas patologías cardiacas, pero sí salva la vida, temporal o definitivamente, en casos es los que, de no aplicarse o practicar el trasplante, el paciente irremediablemente moriría. La AMC suple la capacidad de bombear sangre al organismo que ha perdido el corazón en determinadas situaciones clínicas".

Duarte, principal impulsor del ventrículo artificial desarrollado en España, llamado BCM, advierte que tiene unas indicaciones muy claras y aceptadas en todo el mundo, con independencia del tipo de AMC o ventrículo artificial que se implanten (existen varios modelos de este ingenio fabricados en otros países).

La técnica está indicada en cuatro procesos: la miocardiopatía dilatada, que aparece por múltiples causa y provoca un fallo cardiaco; la poscardiotomía, que se produce al fallar el corazón durante una operación de cirugía cardiaca; en el infarto masivo con shock cardiogénico , que causaría la muerte inmediata, y en la miocarditis, un trastorno poco frecuente, que genera una inflamación del músculo cardiaco y suele tener origen vírico.

Según la patología que se vaya a tratar, la implantación del ventrículo artificial puede ser interna permanente o externa. En el primer caso se coloca una cánula (tubo de plástico biocompatible) de conexión de entrada en el ventrículo y otra de conexión de salida en la aorta, que se comunican con un sistema electrónico, alojado en el abdomen del paciente. Éste se conecta a un procesador exterior, de un tamaño ligeramente superior a un paquete de tabaco, que emite órdenes y que el paciente puede llevar colocado en el cinturón o en un bolsillo. La implantación interna puede ser una alternativa permanente (generalmente para un plazo no superior a dos años) en la miocardiopatía dilatada. Según algunos estudios, ha resuelto definitivamente el problema en el 30% de los casos. Otros dan un porcentaje de éxitos del 5%.

En la implantación externa, aplicable en las cuatro indicaciones y como puente al trasplante, el paciente permanece en la unidad de cuidados intensivos del hospital conectado a una consola o procesador que manda las órdenes al dispositivo colocado sobre el abdomen y éste a su vez está en comunicación con las cánulas implantadas en el corazón. En palabras de Juan Francisco del Cañizo, responsable de la unidad de Cirugía Experimental del hospital Gregorio Marañón de Madrid, que diseñó el ventrículo artificial español (BCM), este sistema empezó a probarse en este hospital con buenos resultados en ovejas y cerdos, para pasar cinco años después a la clínica humana. Para José Manuel Nuche, cirujano cardiovascular de La Princesa, el principal beneficio de AMC es que "salva la vida cuando fracasan todos los tratamientos farmacológicos y quirúrgicos, excepto el trasplante". Pero también apunta algunos riesgos importantes, como "los derivados de la mecánica del aparataje, problemas graves de coagulación, infecciones y trastornos respiratorios".

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