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Reportaje:

Lluvia de planes para salir de la crisis

Barakaldo y Sestao, en la Margen Izquierda de la ría, en otro tiempo bastiones de la industria siderometalúrgia y naval, muestran ahora la huella del declive de los años 80 que sitúa a ambas localidades a la cabeza del desempleo europeo. Mientras en Vizcaya, la tasa media de paro es del 18, 7%, en Barakaldo asciende al 29,8% y en Sestao hasta el 36%. El desmantelamiento industrial ha propiciado un descenso de población que amenaza con convertirse en éxodo masivo. Los jóvenes huyen buscando en otros lugares mayor bonanza; los jubilados de más edad, muchos de ellos inmigrantes, retornan a sus tierras de origen. En los últimos años, las instituciones locales han enviado un mensaje de SOS para salvar a Barakaldo y Sestao del naufragio y relanzar su maltrecha economía. No hay soluciones mágicas pero para regenerar la zona se ha lanzando una lluvia de planes que anuncian inversiones millonarias en nuevas empresas capaces de generar puestos de trabajo; proyectos urbanísticos dirigidos a levantar miles de viviendas y programas que pretenden incrementar la calidad de vida y crear ilusión en los residentes de la zona más depauperada de Vizcaya. Barakaldo, con una población en progresivo descenso, ha perdido 2.000 residentes en los últimos cuatro años, hasta rebajar la barrera de los 100.000 y situarse en los 98.648. Sestao no ha tenido mejor suerte. En sus años gloriosos de finales de los 70, llegó a alcanzar la cifra de 44.000 habitantes. A partir de los 80 sufrió una caída que llegó a los 35.464 habitantes en 1995 y se han convertido cuatro años después en los 33.732 actuales. "Barakaldo no ha resuelto en los últimos 20 años ningún problema básico. Se le ha dado una capa de maquillaje pero nada más. El 95% de las persianas de los pequeños comercios e industrias siguen bajadas. Lo que se ha hecho es peatonalizar algunas calles y plazas. Por algo será que dos mil personas abandonan anualmente el pueblo y que la edad media de sus habitantes es de 60 años. La gente joven no tiene empleo ni ilusión y todo eso no se palia con jardines y plazas", critica Rafael Carrigas, de 34 años, edil del PP. Sin embargo, muchos planes de mejora se han puesto ya en marcha, aunque, "con demasiada lentitud", resaltan los vecinos. Uno de ellos, el plan Urban, ya tiene fecha de terminación: los últimos meses del año 2000. Comenzó en 1996 y tiene una inversión total de 3.900 millones de pesetas. Se construirán viviendas sociales y de promoción privada en el casco urbano. La población observa expectante este plan, pero sobre todo, deposita su mirada en el proyecto Galindo, la operación urbanística más ambiciosa para el futuro del municipio. Con un coste de 8.000 millones, se levantará en los terrenos que ocupaba Altos Hornos de Vizcaya (AHV). Se destinarán 10 hectáreas a zonas verdes y se edificarán 2.000 viviendas. Frente a los grandes proyectos oficiales, los habitantes de Barakaldo se quejan de las molestias por la invasión de obras de cosntrucción del metros; que los pequeños comercios siguen cerrando sus puertas ante la competencia de los cada vez más grandes centros comerciales y, sobre todo, el paro. "Te puedes volver loco si quieres saber el número de planes que existen. Los cuentan como si fueran la panacea para el pueblo, pero no estamos nada convencidos. No hay trabajo y los parques sólo sirven para calentarnos en verano, porque la industria hace tiempo que dejó de hacerlo", se lamenta Alberto Ruíz, un parado de 54 años. Sestao comparte algunos planes generales con Barakaldo, como el de Rehabilitación de la Margen Izquerda creado para impulsar la zona y crear 5.600 empleos. Pero, la localidad con mayor índice de desempleo de Europa, más del 50% en los jóvenes, tiene sus propias peculiaridades. "No sólo cerró la gran industria, sino que arrasó consigo los comercios, la hostelería hasta casi el hundimiento total. Algunas casas viejas se abandonan y los 30 millones que pueden costar las de nueva construcción son demasiado caras para Sestao", resalta Venancio González, de 47 años, metalúrgico de Aceralia. El alcalde, el socialista Segundo Calleja, trabajador de AHV en excedencia, se muestra optimista. "El Plan General de Organización Urbana contempla la construcción de numerosas viviendas en distinas zonas, como en Labareiga. También se van a recuperar las marismas de Galindo y los terrenos del antiguo poblado del Carmen para construir pisos de uso residencial. Y se comprará suelo para darle uso industrial". Los sestoarras y barakaldeses conciden en que los últimos cuatro años no se ha paliado la agresión medio ambiental, ni los problemas del tráfico, ni tampoco el paro. "Somos los grandes olvidados dentro de que la Margen Izquierda es la gran olvidada", resume Sebas Albarro, de 60 años, ex trabajador de Altos Hornos.

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