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La red Sarea incrementó su programación escénica en un 18% el pasado año

La Red de Teatros Vascos, Sarea, se propuso en sus inicios satisfacer la sed creciente que tenía el público de espectáculos escénicos. Y a lo largo de 1998 avanzó por esta senda. Ofertó un total de 232 montajes en 787 funciones, lo que supone un aumento de la programación de un 18% con respecto al año anterior. Las piezas dramáticas, las coreografías y otras propuestas que exceden los límites de una sola disciplina llegaron a un total de 214.638 personas. A las propuestas de Sarea hay que sumar la oferta externa a la red.

El director de Promoción y Difusión Cultural del Gobierno vasco, Iñaki Bilbao, realizó ayer un balance de las actividades ofertadas por Sarea a lo largo de 1998, una red que integra a 32 teatros de Guipúzcoa y Vizcaya y que persigue "potenciar y posibilitar las representaciones de artes escénicas, en especial el teatro y la danza en la red de teatros públicos adscritos a la misma". La valoración, a tenor de las cifras, arrojó un saldo "positivo". No sólo ha aumentado la oferta, que supone el 63% de la programación existente en el País Vasco, sino que la acogida del público también ha crecido en consonancia. Se ha registrado un incremento del 14%. Aunque Bilbao precisó que la respuesta real de los espectadores es superior, un 33% mayor que en 1997, si se deslindan las cifras arrojadas ese año por La Cubana, que en 32 funciones recaudó 60 millones de pesetas. Si se excluye esta repercusión de alcance puntual, cerca de 215.000 personas han pasado por los teatros y han originado unos ingresos cercanos a los 200 millones de pesetas, un 54% del coste total de contratación. Las instituciones (Gobierno vasco, diputaciones de Vizcaya y Guipúzcoa y ayuntamientos) completaron el presupuesto con 160 millones más. Calidad Al margen de las cifras, Bilbao hizo hincapié en la calidad de los espectáculos programados. Los más representados y mejor acogidos fueron Txanogorritxu, de Gorakada, con 7.588 espectadores, y Dakota, una comedia de Tanttaka aplaudida por 7.174 personas. El florido pensil, de esta misma compañía, que aún sigue de gira, atrajo el año pasado a 6.545 espectadores. La programación de Sarea también se abrió a montajes de fuera del País Vasco. Leo Bassi recaló en Euskadi con Instintos ocultos; L"om, con Imprebis-zapping y el Nuevo Ballet Español, con Canela y Fuego. La oferta escénica tuvo uno de sus puntos fuertes en el euskera: se realizaron un mayor número de funciones en este idioma, un 23% más, lo que se tradujo también en una mayor asistencia del público. Las cifras están influidas por el espaldarazo que el público infantil dio a los montajes en euskera. En todo caso, la danza sigue siendo el pariente pobre en el panorama de las artes escénicas. Sólo un 10% de la oferta global se destinó a difundir las creaciones de baile. Eso sí, se registró un ligero avance con respecto a 1997. Las funciones pasaron de 44 a 79, lo que supone un aumento del 80%. La red Sarea tiene su instrumento más valioso en un catálogo de obras al que tienen acceso los ayuntamientos de Vizcaya y Guipúzcoa. Por el momento, Álava no ha considerado "oportuno" incorporarse a la red, aunque Bilbao no descartó una implicación futura. La red persigue su extensión paulatina. Así el director de Cultura de la Diputación de Guipúzcoa, Luis María Oyarbide, auguró "el futuro prometedor" con la construcción de los teatros de Zumárraga, Andoain y Eibar y la restauración del Victoria Eugenia de San Sebastián.

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