Shass, única fuerza ortodoxa que simpatiza con los palestinos

"Nuestra victoria demuestra que, gracias a Dios, Israel quiere religión", asegura eufórico Abraham Hassid, uno de los coordinadores de la batalla electoral del partido fundamentalista sefardí Shass, que ha logrado un triunfo arrollador en las legislativas: casi duplica su representación en la Cámara al pasar de 10 a 17 diputados.La victoria de Shass, fundado hace 15 años por un grupo de judíos originarios de Marruecos, había sido vaticinada días atrás por el rabino centenario Isaac Kaduri. Según sus familiares, el santón judío tuvo una visión -versión religiosa de un sondeo- en la que Shass obtenía entre 17 y 18 escaños.

Shass, brazo político de una importante y potente organización social dedicada a la beneficencia, considera que su victoria es una venganza sobre el sector laico de la sociedad israelí, especialmente los jueces que han venido en los últimos meses dictando sentencias contra los privilegios religiosos de este pueblo, llegando incluso a "condenar injustamente" a su rabino Aryeh Deri a cuatro años de prisión por apropiación indebida durante su etapa al frente del Ministerio del Interior.

El partido Shass es la única formación religiosa radical de Israel que ha sabido hacer compatible la defensa a ultranza de los preceptos bíblicos y la defensa del proceso de paz, el reparto de las tierras a los palestinos y su oposición a los asentamientos, con exclusión de los edificados en Jerusalén. Su simpatía por la causa palestina está anclada en las raíces árabes de muchos de los miembros de Shass, originarios del norte de África, especialmente de Marruecos.

Las tropas del movimiento integrista judío sefardí se sienten cada vez más cerca de Dios. Es la misma euforia mística que se palpaba el pasado febrero, cuando desde estas oficinas convocaron en las calles de Jerusalén a más de 250.000 personas para defender así la preeminencia de las leyes religiosas por encima de las elaboradas en el Parlamento.