El trapío de los "samueles" y los "bohórquez" brilla en El Batán
Lo peor, la corrida de Valdefresno y la novillada de San Martín
Dos ganaderías tradicionales en la feria madrileña han venido este año con sendas corridas muy bien presentadas. Ayer podían verse en El Batán los toros de Samuel Flores, que matarán el día 20 Enrique Ponce, Vicente Barrera y el confirmante Miguel Abellán, y los del ganadero jerezano Fermín Bohórquez, destinados, el día 23, a Fernando Cepeda, Alberto Elvira y Antonio Ferrera. Uno y otro encierro tienen el trapío que no defrauda al aficionado.Las reses de Samuel Flores componen un conjunto que, si bien no tiene la aparatosidad y exageración de cornamenta que ofrecieron las lidiadas en la feria de 1998, sí acude con el suficiente desarrollo córneo como para que no pueda ponérsele pero alguno. Ha traído Samuel ocho toros. De ellos, el número 24 lleva el hierro de Manuela Agustina López Flores. El toro restante es el número 76, un animal cuajado y cómodo de cabeza, por sus pitones abrochados, que ha sido escogido para que lo mate Enrique Ponce en la Corrida de la Prensa.
Otro corridón es el de Fermín Bohórquez, que se va a lidiar el domingo 23 de mayo con un cartel sin figuras. Tal vez por eso los toros han venido con más presencia que en ferias anteriores. Tienen volumen, cuajo y defensas muy astifinas. Hay un número 2 muy serio, hondo y largo. Sólo el número 68 aparece más reducido de caja y con los pitones más recogidos. Y los seis son corpulentos, un tanto embastecidos, con hechuras típicamente murubeñas.
Tosca y fea
La corrida de Valdefresno es tosca y fea. Desigual y algo descolgada de carnes, con ejemplares altos y galgueños. Esta ganadería, hermana de la de Puerto de San Lorenzo, mantiene la línea Parladé-Atanasio-Lisardo Sánchez, y ese tipo de toro poco enmorrillado y alto de agujas que caracteriza al encaste es el que trae este encierro, que lidiarán el día 21 Juan Mora, Finito de Córdoba y Manuel Amador. A destacar, por su mayor seriedad, el número 55.
Discretamente presentada está la corrida de Alcurrucén, con algunos kilos de más. Es la más variada de capa. Hay tres negros zaínos, un negro bragado girón, marcado con el número 57, y dos colorados, el 31, calcetero, y el 24, ojalado y bociblanco. Este número 24 es largo, ligeramente bizco y bien armado. Sin duda, el de más trapío de los seis. El número 105, negro, de caja más corta, tiene astillado el pitón izquierdo. Enmorrillado y con alzada está el número 41, aunque algo escurrido de atrás. Más bajo de agujas resulta el número 138. En conjunto, es un encierro aceptable, porque viene astifino y con el trapío que caracteriza al encaste Carlos Núñez. Son toros que saldrán al ruedo el día 24 de mayo, con César Rincón, Enrique Ponce y Manuel Caballero.
La novillada de San Martín, que torearán el 19 de mayo El Renco, Mario Coelho y Víctor de la Serna, es desigual. Son novillos feos, largos y con poca cabeza. El 121 y el 122 son los más característicos dentro de esta línea. Estos novillos pertenecen a dos ganaderos mexicanos y proceden de la línea Joaquín Buendía-Santa Coloma, mezclada después con otros encastes. Si salen con un comportamiento acorde a su origen Saltillo-Santa Coloma, podrían brindar un triunfo a los modestos espadas.
