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El directorio de Prodi

Británicos, alemanes y franceses aspiran a desempeñar los puestos clave de la nueva Comisión Europea

Xavier Vidal-Folch

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La próxima Comisión Europea se estructurará en torno a un directorio de pocos comisarios, con mucho poder, que ostentarán el cargo de vicepresidentes -en número de dos o tres-, designados por el presidente, Romano Prodi. Británicos, alemanes y franceses aspiran a los puestos clave. Prodi ha iniciado la negociación con los quince Gobiernos de la Unión Europea (UE) para configurar su colegio. Ha discutido con ellos los perfiles, ha pedido nombres entre los que elegir y ha reclamado candidaturas de mujeres.El cartapacio será público después del 13 de junio, tras las elecciones europeas. Luego, el equipo Prodi se presentará ante el nuevo Parlamento -a constituir el 20 o 21 de julio- para someterse a las audiciones individuales. Se celebrarán a finales de agosto -si se va a buen ritmo- o en septiembre. Tomará el mando, pues, en otoño. Prodi configura ya su equipo. Antes ha buscado dos garantías. Aprendida la desventura de su antecesor, Jacques Santer, pidió al Consejo Europeo su protección, frente a un hemiciclo impredecible y verdugo de su predecesor. Argumento: si los quince líderes le nombran, también deben intervenir -y no sólo la Cámara- ante su eventual cese. Su riesgo es quedar preso de los Gobiernos, algunos de los cuales pretenden reducir las competencias y el papel político del Ejecutivo a los de una mera secretaría técnica del Consejo.

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Prodi quería otro salvavidas, un presidente del Parlamento que evite auparse a costa de sojuzgarle. Dependerá de las elecciones. Si los democristianos alcanzan la primogenitura, está en el aire. Si son los socialistas, ya ha recibido un revés. Su favorito, el expresidente portugués Mario Soares, cuenta menos de lo previsto. Alemanes y británicos -las dos grandes delegaciones nacionales de esta familia- favorecen al ex presidente alemán Klaus Hänsch a cambio de que la británica Pauline Green continúe al frente del grupo.

El profesor boloñés debe combinar toda su habilidad para sortear los escollos -humildad, flexibilidad- y la apuesta porque la Comisión exhiba un fuerte impulso político, la ambición que le sobraba a Jacques Delors y le faltó a Santer y causó su perdición. De momento, la nave va. Prodi se ha mojado poco, aunque ya ha anunciado un lema peligrosamente tímido para su mandato: Bruselas hará "pocas cosas pero importantes".

Su afán es un equipo que sintetice ideologías, nacionalidades y sexos, sin rigideces, y privilegie la adecuación de perfiles a los puestos sobre las pretensiones nacionales. La piedra de toque: ¿se impondrá, en caso de duda, a los Gobiernos? También propugna la renovación, sin fanatismos: Prodi asumirá algunos comisarios salientes. Tiene ya bastante pactado con el primer ministro británico Tony Blair -uno de sus grandes padrinos, y cómplice en la tercera vía- recoger al actual responsable de Transportes, Neil Kinnock. El segundo comisario británico sería el conservador Chris Patten, exgobernador de Hong-Kong.

Kinnock es serio candidato a la vicepresidencia estrella de Relaciones Exteriores, de cuya orientación política y responsabilidad última colgarían comisarios ejecutivos sectoriales para el Este (Ampliación), Mediterráneo/América Latina, países desarrollados y Tercer Mundo, a los que quizá se añada una cartera balcánica, urgencia obliga.

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Los otros puestos clave recaerán en alemanes y franceses. Bonn aspira a una vicepresidencia que controle el dinero: Presupuesto, control financiero, personal, administración. Carteras hasta hoy escandinavas y de resultados polémicos, pese a lo que el finlandés Erkki Liikanen (Presupuesto) pretende perpetuarse. Alemania ha sugerido a su viceministro de Exteriores, Günter Verheugen, como secretario general del Consejo y Míster PESC, quizá en una doble maniobra de candidato tapado a vicepresidente y para mostrar interés en el puesto de Míster PESC para otro alemán. El parlamentario del PPE Elmar Brok -un eficaz asesor de Helmut Kohl- exhibe buenas cartas para la segunda comisaría. El canciller Gerhard Schröder compensará a Los Verdes -que pretendían el cargo- con otros puestos, para impedir una rebelión democristiana.

París, a la cabeza

Francia -la primera de la lista en elegir cartera-, ambiciona para uno de los suyos la decisiva cartera de Competencia, difícil de obtener para un país intervencionista. Pero quizá se acomode en otra vicepresidencia económica-monetaria-social. Baraja muchos nombres: el ministro de Asuntos Europeos, Pierre Moscovici; el exjefe de gabinete de Delors, Pascal Lamy; el presidente de Air France, Christian Blanc (Prodi reclama gestores empresariales); la parlamentaria radical Catherine Lalumière (ex secretaria general del Consejo de Europa), el actual comisario monetario, Yves-Thibault de Silguy, que desea seguir formando parte del colegio. Y Roma se conformará con una segunda cartera modesta, pues el presidente es italiano. Entre D"Alema y Prodi dilapidarán el gran capital político de Bruselas, la responsable de Ayuda Humanitaria, Emma Bonino. Suenan Mario Monti (actual comisario de Mercado Interior) y el ex-secretario de Estado de Asuntos Europeos, el post comunista Pietro Fassino.

Hagan juego.

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