Latinoamérica y la globalización

Desde hace mucho tiempo se está hablando de que la única posibilidad de que Latinoamérica progrese como tal es que se produzca una integración política y económica como la que ha vivido Europa desde que Churchill pronunciase su célebre discurso del 5 de marzo de 1947, en el que aseguraba que el futuro de Europa era la integración económico-política de todos sus miembros.Apenas medio siglo más tarde, políticos de toda Europa consideran que el futuro de Latinoamérica debe correr paralelo al europeo. Para estos políticos, el Mercosur es el primer paso de una integración que, como en el caso europeo, debe llevar consigo una reforma política del continente. Sin querer ser pesimista, debo manifestar la dificultad de que este proceso sea factible en Latinoamérica. Pese a los tópicos, el continente latinoamericano es de lo más diverso que se puede encontrar en la tierra. ¿Qué tienen en común, por ejemplo, Chile y Ecuador? ¿Y México y Brasil? Aparte de la lengua -que en el caso de Brasil es el portugués-, poco. Son mentalidades y formas de ser diferentes; todas ellas, quizá, con un tronco común, pero tan diferentes las unas de las otras que el simple hecho de meterlas bajo el mismo saco sería una catástrofe. El mundo camina hacia la globalización, pero ¿hacia qué globalización? Así se hizo en Berlín en 1885 al repartir África sobre el papel, y ya se han visto los resultados.-