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GUERRA EN YUGOSLAVIA El debate en Alemania

Asimilación del uso de la fuerza

Pilar Bonet

La facilidad con la que los dirigentes verdes han asimilado el empleo de la fuerza contra Slobodan Milosevic sorprende sólo a quienes tienden a simplificar y a reducir el partido a sus corrientes ecologistas y pacifistas. En los verdes existe además una corriente que asumió en el pasado un compromiso con los movimientos de liberación en el Tercer Mundo y también una tradición de lucha -violenta incluso- por la causa justa. De esta tradición procede el ministro de Exteriores, Joschka Fischer, que se curtió en las protestas callejeras y en las ocupaciones de viviendas en los medios revolucionarios de Francfort de principios de los setenta. En sus reacciones de primera hora ante la guerra, cuando hacía aún comparaciones entre el nazismo y la política de Milosevic, Fischer afirmó que él no era pacifista y habló del fuerte impacto que le había producido siendo adolescente las memorias de un joven sionista que luchó contra los nazis en el gueto de Varsovia."Yo no soy pacifista. Tengo gran respeto por los pacifistas, pero yo soy antimilitarista, no pacifista. Nunca he sido pacifista. Yo he recogido dinero para armas en El Salvador. En el pasado, en los movimientos de liberación, hicimos campañas de recogida de dinero para armar al movimiento guerrillero, y eso no es compatible con el pacifismo", afirmaba la portavoz de Defensa del grupo parlamentario verde del Bundestag, Angelica Beer, en conversación con este periódico.

Elegir entre dos males

En el interior de los verdes, la portavoz de Defensa ve tres corrientes: "los pacifistas, que, con sus preguntas, obligan al Gobierno a afrontar diariamente sus responsabilidades; los antimilitaristas, que rechazan todo tipo de intervención bélica, pero que no tienen respuesta a la pregunta sobre cuál hubiera sido su alternativa a la limpieza étnica, y la mayoría de la fracción, que tuvo que elegir entre dos males, la limpieza étnica y los ataques de la OTAN, y se decantó por esto último".Tras anunciarse la retirada de parte de las tropas serbias de Kosovo, Beer ha exhortado a la OTAN a no insistir en todas sus condiciones para declarar un alto el fuego. Beer reconocía que "el estado de ánimo entre Los Verdes cambia de un día para otro. Según haya o no víctimas civiles". El pronunciamiento sobre los ataques aéreos de la OTAN en Yugoslavia dará la medida de la situación en el partido. Las mociones presentadas al congreso proponen desde un alto el fuego unilateral dilatado en el tiempo hasta una interrupción limitada y condicionada al inicio de una retirada de las tropas serbias, como prevé el plan de paz del ministro de Exteriores, Joschka Fischer.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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