La ocupación turística de la Costa del Sol subió más de ocho puntos en 1998
El año pasado la ocupación hotelera en la Costa del Sol creció hasta el 76,1%, lo que significa un aumento del 8,4%. Según Miguel Sánchez, presidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (AEHCOS), que celebró ayer su asamblea en Torremolinos, este es un dato muy meritorio, dado que, por primera vez en los últimos diecisiete años, el número de plazas hoteleras ha ascendido; hay 3.600 camas turísticas más, casi todas de lujo. Para Sánchez, "el balance es muy positivo".
Además del crecimiento de los registros de ocupación, la asamblea aportó otros datos favorables para el sector. Sánchez señaló que en los últimos tres años se han invertido 19.000 millones de pesetas en la renovación y modernización tecnológica de los alojamientos turísticos, de los que 15.000 millones fueron a los hoteles. "En 1998, los empresarios que aún no creían en la Costa del Sol no tuvieron más remedio que rendirse a la evidencia, cambiar de idea y ponerse a invertir", señaló Sánchez. Añadió que todas las grandes cadenas han entrado en hoteles de la zona, "y quien no lo ha hecho es porque no ha encontrado el establecimiento o el terreno necesario". Sánchez explicó que las 3.600 nuevas plazas que se crearon en el último año corresponden sobre todo a establecimientos de lujo. Se felicitó de que, tras la crisis turística de finales de los ochenta, se hubiese apostado por la calidad, "porque esta apuesta da fruto y nos permite, ahora mismo, movernos en un segmento turístico de mayor poder adquisitivo". El presidente de los empresarios hoteleros anunció satisfecho que las previsiones para el año que viene son igualmente buenas. "Este invierno ha acabado con datos de ocupación que superan en cuatro puntos los de 1998", acotó, "y todo indica que seguiremos en una línea ascendente". Romper la estacionalidad Sánchez destacó que la asignatura pendiente de la Costa del Sol es la recuperación del turismo de congresos e incentivos, "que funcionó bien en la década de los 80, pero ha perdido mucho". Recordó que la ventaja básica de esta clase de turismo es que rompe la estacionalidad, un problema clásico. En cuanto al caos del tráfico aéreo y sus posibles repercusiones sobre el turismo en la Costa del Sol, Sánchez dijo que "nos preocupa más de lo que realmente nos daña". Aclaró que el 90% de los visitantes de la zona llegan a través de vuelos chárter, que no sufren ningún perjuicio. "Sólo los vuelos de larga distancia que pasan por Madrid se ven afectados, y últimamente la gran mayoría vienen vía Londres, Francfort o Amsterdam". Sin embargo, recalcó que los empresarios están preocupados por la imagen negativa de los transportes españoles que trasciende al exterior, y que puede tener un efecto disuasorio a la hora de que los turistas planeen sus vacaciones. Sánchez defendió la necesidad de tomar "las medidas necesarias para que el aeropuerto de Málaga no pierda ningún enlace, sea directo o indirecto, con las ciudades europeas".
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