Los ecos de una vieja historia
Los 13 balazos que la noche del domingo barrieron la discoteca Amnesia traían consigo ecos del pasado. Ya en 1996, el nombre del clan de Los Iraníes (entonces llamado de Los Persas) fue vinculado por la policía a otras dos bandas (Los Búfalos y Los Miami). Todos ellos formaban, según los investigadores, el entramado mafioso responsable de la expansión de las drogas de diseño en la región. Para conseguirlo se introducían, mediante la extorsión, como porteros en las discotecas (sobre todo, after-hours) y acto seguido pasaban a controlar la venta de esta droga en los locales.El liderazgo en esta modalidad delictiva lo ostentaba en aquel tiempo la banda de Los Miami. Este grupo, compuesto por unas 18 personas, se había infiltrado en los servicios de seguridad de siete salas de música bakalao de Madrid, Alcalá y Coslada. Desde esos puestos de privilegio, sus matones (reclutados en gimnasios) daban vía libre al éxtasis que ellos mismos importaban desde Holanda. En este encuadre, la distribución de la droga a pequeña escala recaía, siempre según fuentes policiales, en jóvenes a los que la banda, pendiente de todos los detalles, sometía a un auténtico régimen del terror. Así, cuando un camello no cumplía las expectativas -1.000 pastillas por semana-, la organización le multaba. Y en caso de que no mejorase las ventas se le propinaba una paliza. Una forma de disuasión que también se aplicaba a los traficantes de la competencia que osaban entrar en el garito protegido.
Fue precisamente una de estas palizas la que quebró la capacidad de aguante de un camello y condujo, por la vía de la confesión, al desmantelamiento de la banda. La policía detuvo en octubre de 1996 a 15 de sus integrantes (11 de ellos, procesados), decomisó 10.000 pastillas de éxtasis y se incautó de un arsenal de pistolas y revólveres.
Un crimen a sus espaldas
Descabezada esta banda llegó el turno del clan de Los Iraníes. Menos visibles en el trono que sus antecesores, este grupo, sin embargo, saltó a la luz con gran virulencia el 12 de abril de 1998. Ese día moría de una cuchillada Guillermo Gandullo, de 22 años. El crimen fue cometido a la puerta del after-hours Distrito Cero, en San Fernando de Henares. La policía, que atribuyó el homicidio al impago de una deuda por drogas, detuvo por este homicidio a seis personas. Entre ellas figuraba el supuesto cabecilla de la banda, Fareed M., un iraní de 31 años, ex campeón de lucha libre y con antecedentes por tráfico de drogas. Con su captura, la policía dio por desarticulado el clan de Los Iraníes. Ayer renacieron.
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