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LAS MAFIAS DE LA NOCHE

"Vinieron 10 con palos, se acercaron a la puerta y entonces oí los tiros"

Antonio Jiménez Barca

A las tres de la madrugada, una hora y media después de que un tiroteo entre 17 hombres estallara en el vestíbulo de la discoteca Amnesia (antigua Friends), tres detectives especializados recomponen la escena analizando las trayectorias de las balas. Y unos cincuenta jóvenes de 15 a 20 años, sentados en grupitos en las barandillas que hay a 30 metros del local, al otro lado de la carretera, miran con un punto irónico el trabajo de los policías.La mayoría de los chicos ha llegado tras el incidente. Amnesia, templo de música bakalao situado a la espalda del moribundo centro comercial Puerta de Toledo, entra en ebullición a eso de las tres y media de la madrugada. Ebullición relativa, porque, según cuentan los habituales, el local no es lo que era y arrastra ahora una fama sombría. Una chica embutida en un pantalón gris astronauta resumió el espíritu de la discoteca con una frase: "Es el típico sitio en el que todo el mundo está flipado... o flipando".

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A esas horas, con el cadáver del portero tirado en el vestíbulo, los agentes marcan con un redondel blanco los impactos de bala en el pavimento sin soltar pistas. Así que cada cual aventura su explicación: "No ha dejado pasar a uno y le han matado", dice un chico de 17 años con un peinado a lo Robin Hood. "Tú alucinas, tronco", le responde una chica con tres aritos en cada oreja.

Al lado de la tira de plástico que sirve de barrera policial, un hombre corpulento, con brazos como postes de teléfono y acento extranjero, echa mano del móvil: "Han matado a Víctor y han herido a tres".

Un bakalaero de 15 años, al que llaman El Zurriago, cuenta muy tranquilo lo que acaba de ver: "Vinieron de allá. Eran diez, con palos; se acercaron a la puerta y les seguí para ver qué pasaba, pero en cuanto oí el pam-pam-pam de las pistolas me escondí".

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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