Belgrado defiende ante el Tribunal de La Haya su denuncia por genocidio contra 10 países aliados
Los representantes legales de Belgrado pidieron ayer ante el Tribunal Internacional de La Haya el cese inmediato de los ataques contra su territorio alegando que están conduciendo al exterminio de la población serbia y a la destrucción del país. Con este argumento, Yugoslavia trató de defender las demandas que ha presentado ante la más alta instancia de Naciones Unidas contra los 10 países de la OTAN que participan en la Operación Fuerza Aliada, entre los que se encuentra España. Los aliados no reconocen la competencia de la corte, y el dictamen del tribunal no es de obligado cumplimiento.
"Los bombardeos contra Yugoslavia son ilegales, están perpetrando un genocidio y constituyen una violación de los derechos humanos", argumentó desafiante Rodoljub Etinski, representante legal del Belgrado, que, con su alegación, abrió la vista oral entre gran expectación y en una sala abarrotada de asesores legales internacionales, diplomáticos, periodistas y curiosos.La inusual acusación contra 10 Estados de forma simultánea llenó incluso el podio donde se acomodan los jueces. Y es que cada Estado que no cuente con un magistrado en la corte de Naciones Unidas tiene derecho a nombrar un juez ad hoc cuando es parte demandada. Ayer, en el lugar donde normalmente se sientan 15, había 21 magistrados.
Exposición llena de detalles
La nutrida delegación yugoslava, que también solicita compensación económica por los daños causados, hizo una gráfica descripción -que incluso acompañó de fotografías- de cuerpos quemados y mutilados, de hogares en ruinas y niños asesinados por las bombas de la OTAN. En la meticulosa lista de delitos se incluía también el uso de armamento con uranio y el respaldo de acciones terroristas. "Están tomando parte [los Estados acusados] en el entrenamiento, armamento, financiación y avituallamiento del llamado Ejército de Liberación de Kosovo", argumentó Etinski, antes de que otro de los cinco miembros de su delegación desgranara los últimos ataques de la OTAN que han costado vidas civiles, sin olvidar el incidente de la Embajada china.Belgrado, que recordó que habían suscrito y cumplido todos los convenios internacionales de protección de los derechos humanos, advirtió de que los bombardeos, además de costar la vida a miles de inocentes, están destruyendo objetivos civiles, como escuelas, hospitales, puentes, carreteras, líneas férreas, fábricas y monumentos e instituciones culturales. Conscientes de que un pronunciamiento del tribunal sobre la legalidad de las acciones de los Estados (la cuestión de fondo) podría demorarse varios años, las autoridades yugoslavas pidieron como medida provisional el cese de los ataques.
Técnicamente, los jueces tienen que examinar 10 casos diferentes. Como la corte sólo puede examinar las disputas entre los Estados y no entre organizaciones internacionales, el Gobierno serbio no ha podido presentar una demanda conjunta contra la OTAN. En cualquier caso, en los documentos de acusación, que son idénticos, los demandantes sólo tuvieron que cambiar el nombre del país.
Bélgica, cuyo nombre es el primero en orden alfabético en inglés, fue el primer país en salir a la palestra a defenderse, seguido de las autoridades de Canadá y Francia. Los representantes de los tres países, al igual que hizo Belgrado, convirtieron el tribunal en una sala de mítines políticos en lugar de esgrimir argumentos jurídicos, haciendo una apasionada defensa de los ataques aéreos sobre Yugoslavia. "El fin de los ataques no evitaría un daño irreparable, sino que causaría daños sin vuelta atrás", esgrimió el representante canadiense. Todos rechazaron también la competencia del tribunal de la ONU.
Según fuentes diplomáticas belgas, los países acusados han consensuado una postura y sus argumentos serán muy semejantes a lo largo del día de hoy. El procedimiento será extraordinariamente breve y urgente. En tan sólo un día, los jueces tienen previsto escuchar a Alemania, y, en principio, se prevé que también presente sus argumentos Madrid, La Haya, Roma y Lisboa antes de que Washington y Londres cierren las vistas orales.
Aunque todo hace prever que el pronunciamiento de los jueces se produzca de forma rápida, el dictamen del tribunal, aun siendo la más alta instancia judicial de Naciones Unidas no tiene por qué ser acatado por los Estados miembros. De hecho, la misma instancia dictaminó en 1993, a petición de Bosnia, que cesaran los ataques serbios, decisión que nunca se cumplió.
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