Bruselas realizará una inspección especial sobre el cultivo del lino en España
La Unión Europea ha decidido poner en marcha en los próximos meses una inspección especial sobre el cultivo de lino en España, desde la producción a las industrias. Esta inspección en parte habría estado provocada por las noticias aparecidas en las últimas semanas en relación con supuestas irregularidades en el cobro de las ayudas en este cultivo ante las denuncias hechas desde la Consejería de Agricultura de Castilla-La Mancha.En medios de la Administración se indica que se trata de una inspección de carácter rutinario, aunque no se oculta que las noticias recientes sobre supuestas irregularidades habrían contribuido a crear un clima de interés en la UE para conocer más a fondo la realidad del cultivo del lino en España.
En los dos primeros años en que se solicitaron las ayudas para el lino, en las campañas 1993-1994 y 1994-1995, se impusieron correcciones de 2 y 40 millones de pesetas, respectivamente, que equivalían al 10% de las subvenciones concedidas en aquellas fechas.
Estas penalizaciones, aplicadas con carácter general a los fondos comunitarios, fueron por considerar la UE que la Administración española, a través de las comunidades autónomas, no había realizado los controles suficientes sobre el cultivo. Las ayudas al lino han pasado de 22 millones de pesetas en la campaña 1993-1994 a los casi 10.000 millones previstos para esta campaña.
Sospechas
Actualmente se han iniciado las conversaciones previas para la próxima negociación de la nueva Ordenación Común de Mercado (OCM) para el lino en el marco de la UE entre la Administración comunitaria y los productores. Según Javier Alexandre, técnico de la Unión de Pequeños Agricultores y experto en este cultivo, el objetivo es que el lino tenga un futuro entre las producciones alternativas en amplias zonas de la meseta y otros secanos frescos.En esta línea, señalan las mismas fuentes, se pretende que el lino se cultive con rigor y que en ningún momento se puedan producir en torno al mismo sospechas de fraudes como sucedió en los primeros años con el cultivo del girasol, cuando miles de hectáreas se sembraban sin afán de recoger y para cobrar las subvenciones
Para la nueva regulación de este cultivo, Bruselas es partidaria de seguir manteniendo una serie de exigencias para acceder a las ayudas como la aplicación de una dosis mínima de semilla de siembra, así como la necesidad de tener unos rendimientos mínimos para cobrar el total de la ayuda. Actualmente se requiere una dosis mínima de 100 kilos de semilla de siembra y una producción mínima también de 1.500 kilos por hectárea. Si no se llega a esa cantidad, solamente se cobra el 35% de la ayuda.
La Administración española no solamente aplica esa normativa comunitaria, sino que incluso ha endurecido las condiciones en alguna comunidad autónoma, como en Castilla-La Mancha, donde tampoco se permite que se pueda sembrar lino dos campañas seguidas en una misma superficie. Todos los mecanismos y medidas para el control del cultivo, al igual que en otras producciones con ayudas comunitarias, corresponden a las comunidades autónomas.
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