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El arte creado en prisión por Amador Lucarini se expone por vez primera La Fundación Sabino Arana muestra en Artea obras del artista, fallecido hace 28 años

El País

El artista Amador Lucarini (1907-1971) no pudo ver realizado en vida su sueño de exponer sus esculturas y dibujos, a causa de la cárcel y la represión que padeció durante el franquismo por sus ideas anarquistas. La Fundación Sabino Arana inauguró ayer en Artea, 28 años después de su muerte, una exposición de obra realizada por Lucarini en los 10 años que estuvo en prisión.

La exposición Lucarini. Pasión por la escultura y ansias de libertad reúne en la sala Manu Egileor del Archivo Histórico del Nacionalismo, en Artea, una treintena de esculturas, realizadas entre 1937 y 1947, en el paso del artista por las prisiones de El Dueso, Larrinaga, Burgos y Talavera de la Reina, junto a dibujos, bocetos y documentación de la época. El trabajo de Lucarini se completa con dibujos realizados por compañeros de prisión para la revista clandestina Espetxean. La muestra permanecerá abierta al público hasta el 26 de junio. El nieto del escultor, Óscar Armendariz Lucarini, reconoció ayer en el acto de inauguración que se había hecho realidad el sueño de su abuelo de ver expuesta su obra. Las esculturas de Lucarini, a caballo entre el clasicismo y el influjo de las corrientes vanguardistas, se presentan en Artea junto a poemas de Lauaxeta, Lizardi, Blas de Otero, Miguel Hernández y Rafael Alberti, con los que mantienen un diálogo creativo. El crítico de arte Javier González de Durana, director de la Sala Rekalde, de Bilbao, destacó el esfuerzo de investigación realizado por la Fundación Sabino Arana "para recuperar la historia de un artista injustamente relegado al ostracismo". González de Durana subrayó la capacidad del escultor para sintetizar el influjo vanguardista con el clasicismo. "Si hubiese más artistas como Amador Lucarini merecería la pena seguir insistiendo en la investigación para sacar a la luz obras que pueden estar olvidadas", añadió Lucarini, hijo de un escultor de origen italiano afincado en Bilbao, se formó en la Escuela de Artes y Oficios de Atxuri, en la capital vizcaína. Militante de la CNT, tras el estallido de la guerra civil abandonó su trabajo en el taller familiar para alistarse en el ejército republicano. En 1937, cayó preso en Santoña y fue condenado a muerte, pena que le fue conmutada más tarde por 30 años de prisión, y , posteriormente, rebajada a seis años. En 1943, Lucarini recuperó la libertad, pero sus actividades políticas le llevaron poco tiempo después a prisión, acusado de pertenencia a organización clandestina. El artista pudo ayudar económicamente a su familia realizando encargos que recibía de su padre en un taller de escultura de la cárcel bilbaína de Larrinaga. En enero de 1948, Lucarini obtuvo la libertad condicional y poco después de un año, la definitiva. Pero sus antecedentes políticos impidieron que mostrara al público sus obras artísticas. Volvió entonces a trabajar al taller familiar, realizando esculturas funerarias y obras sobre bocetos de otros artistas. Lucarini siguió esculpiendo sus propias piezas hasta su muerte en 1971.

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