Debates, juegos y ritmos africanos en la convocatoria de SOS Racisme

Entre ritmos africanos y juegos de niños andaba ayer por la mañana la Festa de la Diversitat. El Moll de la Fusta de Barcelona aúna cada año decenas de culturas, tradiciones, colores y lenguas, por iniciativa de SOS Racisme (que celebra este año su décimo aniversario). El objetivo: romper barreras, acabar con la marginación y potenciar la diferencia como un valor social. Filipinas, Marruecos, Brasil o Cuba son algunos de los países que han instalado casetas. La celebración comenzó el pasado viernes y concluirá hoy a las 12 de la noche con el concierto de The Jam"s Blues Band. La fiesta ha tenido, como cada año, una acogida "entrañable y multitudinaria", en palabras de Núria Vives portavoz de SOS Racisme. Ayer acudieron al encuentro cultural cerca de 15.000 personas. El recinto ofrecía todo tipo de actividades, desde degustaciones gastronómicas y lúdicas hasta debates sobre la situación de los inmigrantes o de los países de los que proceden. En uno sobre la situación de Colombia, por ejemplo, se pedían ayer medidas para acabar con los grupos paramilitares. "Cada año nos sorprende que haya tanta gente en los debates. Hemos llegado a tener 300 personas en la carpa", indica Vives.Este año se han incorporado proyecciones de cortometrajes y nuevos juegos infantiles, porque los niños son el público más agradecido. Para SOS Racismo "es importante educar en la tolerancia desde el principio", por eso promueve el respeto a la diversidad a través de los cuentos. Diego Parra es un pedagogo colombiano que cuenta cuentos para que "la diferencia se promueva como un valor y no como una distancia". Muchos niños ven la diversidad como algo cotidiano. Berenguer, de siete años, asistió ayer a la fiesta con sus padres. No sabe lo que es el racismo: "En mi colegio hay algunos niños negros, pero es igual cómo sean", dijo.