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La tasa de alcohol para conducir se reduce hoy de 0,8 a 0,5 gramos

Tres copas de vino sin comer, en el caso de un hombre de contextura media, o una lata de cerveza, si se trata de una mujer, serán suficientes a partir de hoy para que los alcoholímetros de Tráfico detecten que una persona está incapacitada para conducir. Las infracciones al límite de alcoholemia, que baja de 0,8 a 0,5 gramos por litro, se sancionarán con 100.000 pesetas o, en caso de gravedad, con la inmovilización del vehículo.

La homogeneidad en los límites de alcoholemia en la Unión Europea también llega a España, uno de los pocos países donde hasta ahora se podía conducir con una tasa de 0,8 miligramos de alcohol por litro de sangre o 0,4 miligramos por litro de aire expirado. La propuesta de la Dirección General de Transportes de la Comisión europea para que esas tasas sean comunes entra hoy en vigor al quedar modificados a la baja dos artículos del Reglamento de Circulación sobre tasas máximas para conducir un vehículo.Se prohíbe circular a aquellos conductores con una tasa de alcohol en sangre superior a 0,5 gramos por litro, o la presencia de alcohol en aire expirado superior a 0,25 miligramos por litro. En el caso de un varón con 70 kilos de peso se calcula que esa tasa de alcoholemia se alcanza en el momento en que bebe tres latas de cerveza o dos copas de cava, de vino fino o licor, una copa de coñac o un cubalibre. Si se trata de una mujer de 60 kilos de peso, las posibilidades de conducir sin riesgo se reducen con menos ingestión de alcohol. A una mujer de esas características le basta beber una lata de cerveza o una copa y media de cava, una copita de pacharán, un chupito de coñac o tres cuartos de un cubalibre para que el alcoholímetro advierta que supera el límite autorizado para poder conducir.

Las limitaciones son mucho más severas si se trata de conductores que transportan a viajeros, escolares, mercancías peligrosas, servicios de urgencia o vehículos especiales. En estos casos, el límite desciende a 0,3 gramos en sangre o 0,15 miligramos por litro de aire expirado. Estos mismos límites se aplicarán a todos los conductores novatos durante los dos años siguientes a la obtención del carné.

La superación de esos límites legales se considera infracción muy grave y será castigada con multas de hasta 100.000 pesetas y la retirada del carné de conducir durante tres meses. Si el conductor rehúsa someterse a las pruebas de alcoholemia, incurrirá en un delito de desobediencia grave y le será inmovilizado el vehículo. Tendrá derecho a una segunda prueba si la primera es positiva.

El director de Tráfico, Carlos Muñoz-Repiso, confía en que esta medida reducirá los accidentes en carretera porque, según un estudio encargado por su departamento, el 50% de los muertos de circulación había ingerido alcohol. En países donde se han reducido las tasas, los accidentes mortales han disminuido en torno al 11%. En Alemania bajaron el 16% en conductores entre 25 y 34 años, informa Susanne Arlt.

Juan Carlos González Luque, uno de lo expertos que han participado en la propuesta de reducir la tasa de alcohol, cree que el riesgo de sufrir un accidente asociado al alcohol no depende sólo de la cantidad ingerida. Los conductores inexpertos y los que beben de manera esporádica se sitúan en un grupo de riesgo más alto de la media, aunque su tasa de alcoholemia sea inferior a la legal.

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