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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Promesa Prodi

ROMANO PRODI, il professore, designado por el Consejo Europeo e investido ayer por amplia mayoría en el Parlamento Europeo como nuevo presidente de la Comisión Europea, acierta en los epígrafes. Falta el desarrollo. Promete, pero ha de traducir su energía potencial en efectividad. De momento, Prodi ha hecho ante todo gala de prudencia. ¿Va a ser así su mandato hasta el 2005? La Unión Europea necesita una Comisión fuerte e independiente que recupere su prestigio y su carácter supranacional; que incremente su impulso político y su eficacia y haga más transparente su gestión. Prodi puede ser la persona adecuada, pero necesita también rodearse de comisarios capaces y de peso para evitar que ese colegio se convierta en un cementerio de elefantes troceado en reinos de taifas. El Tratado de Amsterdam le da margen a la hora de elegir, junto a los Gobiernos nacionales, a los comisarios que habrán de acompañarle, tras someterse a las preguntas y a la votación de la Eurocámara.Tras haber hecho caer a la Comisión Santer anticipadamente, en su recta final, por acusaciones de fraude y mala gestión, resulta absurdo que el acto principal de la última sesión del Parlamento Europeo saliente, que se renovará el 13 de junio, haya sido estrenar los poderes que le da el recién estrenado Tratado de Amsterdam y votar la investidura extraordinaria del que será el presidente de la Comisión en los próximos cinco años y medio. No responde a la lógica de los parlamentos decidir en vísperas de su disolución lo que le correspondería a la nueva Cámara. El lío jurídico es tal que, en septiembre, el nuevo Parlamento Europeo tendrá que ratificar a los comisarios que se designen antes del 20 de julio, y en enero votar de nuevo la investidura del presidente para los siguientes cinco años previstos. La de ayer fue una investidura provisional.

El democristiano catedrático de Economía trae consigo un bagaje apreciable, y parece enfocar Europa desde la reconciliación del mercado y la justicia social, aunque en Estrasburgo hablara más de lo primero que de lo segundo. Se extendió acerca de la necesidad de pacificar los Balcanes para hacer posible el proyecto de ampliación y reforma de la UE. A él le va a corresponder llevar una buena parte de la labor de reconstrucción. Impulsor de la primera coalición de centro-izquierda, El Olivo, que llegó al poder en la Italia de la posguerra, consiguió desde la presidencia del Gobierno meter a su país en la senda del euro. La eficacia bien ganada en Roma ha de acreditarla ahora en Bruselas.

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