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Rose Troche lleva su militancia homosexual a una comedia romántica

"Ni en tu casa, ni en la mía" se estrena mañana

Elsa Fernández-Santos

A pesar de que su primera película, Go fish (una historia "por, para y sobre lesbianas"), fue premiada y aplaudida en los festivales internacionales por donde pasó, Rose Troche (Chicago, 1964) ha tardado cuatro años en realizar su segundo largometraje, Ni en tu casa, ni en la mía. Una comedia romántica sobre un grupo de amigos homosexuales que, según Troche, es "muy subversiva" porque hace reír al público "inteligente".

Rose Troche explica que Go fish, de 1994 ("una película mucho más dramática y tajante que ésta"), recaudó algunos premios pero no demasiado dinero. "En el fondo, les parecía que era la película de esa chica que hace películas sobre lesbianas", afirma la directora. "La verdad es que se torcieron los proyectos, hasta que me llamaron desde Londres para hacer esta película". Ni en tu casa, ni en la mía es un filme inglés en el que todo el equipo es británico excepto la directora. "Y en ningún momento he podido dejar mi óptica de mujer norteamericana", dice Troche, a quien le atrajo la idea de realizar una comedia en donde "las situaciones más extremas resultan absolutamente normales".Troche, que reside en Nueva York y que para hablar de relaciones de pareja utiliza el término "negociaciones sexuales", se ríe a carcajadas cuando se le plantea por qué uno de sus personajes homosexuales acaba en la cama con una mujer (algo que el guionista del filme, Robert Farrar, ha definido como lo más subersivo de su historia). Troche no opina igual. "El personaje es completamente gay, lo único es que eso no le impide acostarse también con mujeres". La cineasta continúa con sus carcajadas cuando se le plantea que quizá el personaje está un poco asfixiado con el mundo que le rodea y que encuentra en la heterosexualidad algo fuera de la norma y, en su entorno, transgresor. "¡La heterosexualidad como transgresión, ése es un tema genial para otra película¡ En serio, ¿imaginan un mundo en el que el poder lo tuvieran los homosexuales y los heterosexuales fueran sus pobres esclavos? ¡Me encanta!".

Cámara en movimiento

Ni en tu casa, ni en la mía se aleja, según la cineasta, de las comedias británicas "convencionales". "Rechacé los primeros planos y los planos generales, quise usar los planos secuencia que empiezan en un punto y luego retroceden, cambiando constantemente de cuadro". La directora añade que quería una cámara que se moviera, "que observara". También rechazó a cualquier actor que se pensara dos veces su papel por tratarse de un homosexual ("no me interesa ese tipo de profesional").Troche asegura que una de las claves de su método de trabajo consiste en entregar el guión a cada uno de sus intérpretes para que ellos puedan "interiorizar" el personaje y luego discutirlo con ella si creen que alguna frase o situación no se ajusta a su manera de ver el papel. "Me interesa el guión como fuente de diaólogo".

Rose Troche, de origen puertorriqueño, tiene el pelo muy negro y muy rizado y un pendiente en la nariz. Entiende el español porque vivió cuatro meses en Barcelona, donde le sorprendió la poca mezcla de razas ("será por el idioma, que no es muy internacional", afirma). Sin embargo, Troche, que tacha su país de puritano y conservador ("es basicamente un pueblo inmaduro"), señala que de España le gustó cómo en los bares "se mezclan los gay con los no gay. Eso, en serio, en Nueva York no lo he visto nunca".

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Sobre la firma

Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’

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