El obispo de Cádiz culpa del paro al neoliberalismo y al "socialismo excluyente"
El obispo de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, Antonio Ceballos, publicó ayer una carta pastoral con motivo del Primero de Mayo, Día del Trabajo, en la que reparte culpas sobre la situación del mercado laboral en la provincia de Cádiz, que alcanza hasta un 38% de desempleo, el más elevado de España. "Si el mundo obrero está sometido a una profunda fragmentación es por la escasez y precariedad del trabajo, el debilitamiento de la conciencia organizativa y la consiguiente entrada a saco de los políticos neoliberales que se aúpan falsamente victoriosos frente a socialismos igualmente cerrados, excluyentes y dictatoriales", afirma. Ceballos critica con dureza la situación de marginalidad que soportan muchos trabajadores y, en especial, las personas que no tienen empleo. "La degeneración del trabajo a través de la degeneración del trabajador procede tanto del capitalismo salvaje como de la inercia y responsabilidad de quienes confían en el Estado del bienestar como un absoluto al que se le pueden exigir todos los derechos sin corresponderle con nuestros deberes". Para el obispo de Cádiz, el paro es "una privación violenta" y señala hacia varios factores que han incidido en la localización de la pobreza en la provincia: la "permanente" desindustrialización en la Bahía y el Campo de Gibraltar. También señala la "preocupante situación" de otros sectores como la pesca, la agricultura y los servicios. Además, Ceballos apunta otras causas que generan injusticias: "La introducción de las nuevas tecnologías, los aumentos de productividad, que esquilman el incremento del empleo derivándolo hacia indemnizaciones progresivas o despidos encubiertos". También anatemiza la práctica habitual de horas extraordinarias como "inadecuada a una situación laboral normal" y porque conduce a "una considerable reducción de puestos de trabajo que podrían aliviar posibles situaciones de paro". Por ello propone "como primer paso", la renuncia "al pluriempleo y a las horas extraordinarias, quien quiera que las tenga, salvo en los casos previstos la legislación vigente". La Iglesia gaditana también opina sobre los márgenes de rentabilidad de las empresas, "que no deben estar reñidos con la reinversión en mano de obra, tanto o más que en la de bienes de equipo, no con el reparto de beneficios". Anima a "arrimar el hombro" tanto "los propietarios como los trabajadores" porque, avisa, "una rentabilidad empresarial que no vela por la estabilidad, la moral, la formación de sus empleados y la apertura de mano de obra, es fraudulenta para con la condición natural del hombre y de la sociedad". La carta del obispo, que entronca con otros mensajes igualmente reivindicativos de la Pastoral Obrera del Obispado de Cádiz, recuerda la situación de exclusión y las dificultades que padecen los inmigrantes, quien soportan "la economía sumergida" y quedan al margen "de la dignidad humana". El Obispado también se ha expresado tradicionalmente con contundencia contra las políticas restrictivas respecto a la llegada de inmigrantes a España.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.