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El Gobierno decide abordar la creación de un depósito de residuos peligrosos. Medio Ambiente iniciará tras el verano los estudios para instalar el depósito de residuos peligrosos

El Gobierno vasco empezará a abordar después del verano la construcción de un depósito de residuos peligrosos. "Algo hay que hacer", ha señalado un portavoz del departamento de Medio Ambiente, consciente de que esta instalación va a provocar rechazo, sea cual sea el emplazamiento que se elija. Actualmente, más de 25.000 toneladas de desechos peligrosos se trasladan cada año desde el País Vasco a cinco instalaciones que albergan estos productos en España. Los últimos datos oficiales, referidos a 1997, señalan que en en la comunidad autónoma se producen más de 270.000 toneladas de residuos tóxicos y peligrosos, de los que se recicla un 39% y el resto van a vertederos inertes y depósitos de seguridad. La instalación de un depósito de residuos tóxicos ha sido una reivindicación histórica de la industria. El anterior equipo del departamento de Medio Ambiente, en manos de los socialistas hasta 1995, acordó con los empresarios su construcción y se estudió invertir 1.000 millones de pesetas para una instalación con capacidad para 300.000 toneladas. Pero con la llegada de EA a Medio Ambiente quedó paralizado el proyecto, al priorizar la apuesta por el reciclaje."El depósito de residuos tóxicos se va a intentar abordar durante esta legislatura, y la idea es ir poniéndolo en marcha después del verano", ha anunciado un portavoz del departamento de Medio Ambiente del Gobierno vasco. Este anuncio es coherente con las últimas comparecencias parlamentarias del consejero Patxi Ormazabal, quien, partiendo de una posición reticente, ha defendido la necesidad de dar solución concreta a los residuos peligrosos generados en Euskadi, sin transferir el problema a otras comunidades. "Es lo mismo que pasa con las celdas de seguridad de lindane: no nos gustan, pero hay que hacerlas", añadió el portavoz. El Gobierno tiene intención de elaborar a partir de septiembre los estudios necesarios para dimensionar el depósito y elegir el emplazamiento más adecuado para su construcción. A principios de los 90 ya se seleccionaron cuatro posibles ubicaciones -tres en Álava y una en Guipúzcoa- en función de sus condiciones geológicas, pero el proyecto no fue más al no existir un consenso político para aguantar el rechazo social suscitado en las zonas elegidas. 270.000 toneladas Provamen, la asociación vasca de profesionales del medio ambiente, señala la carencia de esta infraestructura como "el gran fracaso" del departamento en la pasada legislatura. "Con todos los productos químicos que se fabrican en Euskadi, es muy importante crear un vertedero de residuos tóxicos", ha indicado Iñigo Urien, su presidente. El último estudio oficial, referido a 1997, revela que en Euskadi se producen más de 270.000 toneladas de residuos catalogados como tóxicos y peligrosos, que abarcan una treintena de productos diferentes.De esa cifra, más de 105.000 toneladas (casi el 39%) se valorizan, es decir, se aprovechan o reciclan. Con otro 22%, 59.000 toneladas, es posible una recuperación parcial, tras un tratamiento físico-químico que quita la toxicidad al residuo. Un 30%, 81.000 toneladas, se deposita en vertederos después de inertizar los desechos. Finalmente, un 9,3%, 25.000 toneladas, mantienen su toxicidad y se almacenan en depósitos de seguridad. Las empresas vascas recurren a cinco instalaciones de desechos tóxicos en España, después de que se cerrase la ubicada en Valencia. Los depósitos ubicados en Madrid, Valladolid, Huelva y Murcia. Sin embargo, Euskadi gestiona también desechos peligrosos de otras comunidades autónomas y países europeos, que durante 1997 totalizaron 88.000 toneladas. "Sobre todo polvo de acería y, en menor medida, otros residuos con contenido en zinc y cobre, destinados a la recuperación de dichos metales en las empresas metalúrgicas de segunda fusión implantadas en nuestra comunidad", señala el Departamento de Medio Ambiente. Navarra, con 18.800 toneladas, Barcelona (14.800) y Cantabria (6.800) fueran los territorios que más desechos tóxicos enviaron al País Vasco para su tratamiento. Por su parte, las empresas vascas exportaron para su gestión en países europeos un total de 3.872 toneladas de productos peligrosos, de las que 2.274 fueron residuos con presencia de componentes orgánicos. "Mayoritariamente clorados, cuya vías de gestión es la incineración de alta seguridad o el tratamiento de descontaminación, en el caso de las carcasas de transformadores contaminados por policlorobicenilo (PBC)".

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